El otro día hicimos un descubrimiento gastronómico, ideal para ir con niños o con amigos o en pareja… y ¡en plena Gran Vía madrileña!: el restaurante La Parrilla de la Reina. Y es que en esta zona de Madrid es complicadísimo encontrar un restaurante que sea ideal para familias y de buena calidad.
Lo que más abunda en este sentido son los clásicos “fast food”, por eso descubrir este lugar fue un hallazgo. Lo primero que nos llamó la atención fue la terraza, pero luego reparamos en la carta que estaba en la puerta y vimos que la especialidad eran las carnes a la parrilla de leña. Fue cuando decidimos asomarnos y vimos que había público variado: familias con niños, parejas y grupos de amigos, así que entramos a pedir mesa para probar. De hecho, Carmen había leído lo de la carne a la brasa y, con lo que a ella le gusta la chicha, pedía a gritos que nos quedáramos.
Nada más sentarnos, las niñas ya empezaron a comentar la decoración, que es una preciosidad y muy original: azulejos en la pared rojos tornasolados en forma de panal, que imitan a los antiguos; suelo de madera; parte de la pared en ladrillo visto, mesas y sillas altas en madera maciza y bajas en tonos anaranjados, grandes espejos redondos en las paredes.
Pero, sin duda, lo que más nos llamó la atención fueron la gran barra a la entrada con productos de la huerta fresquísimos y la parrilla de leña en vivo que está en mitad del restaurante, donde te están haciendo al momento el producto de la carta que pides. Eso es una maravilla a mi juicio porque compruebas la frescura del mismo. Y en La Parrilla de la Reina tienen una materia prima de primera calidad.
¡Ah! Se me olvidaba lo que más le llamó la atención a mi pequeñina: unos cerditos de color rojo pastando en el prado, ¡en la pared del restaurante! Justo al lado, un mural de azulejos de MadriZ preside la estancia. ¡Que se note que estamos en Gran Vía!
Estuvimos echando un vistazo a la carta, que cuenta con entrantes y raciones entre las que nos costó decidirnos porque todas ellas nos llamaban la atención. Al final pedimos unos entrantes al centro, consistentes en patatas bravas hojaldradas deliciosas, nada que ver con las que hayáis tomado hasta ahora y la salsa venía aparte, algo que agradecí porque a las peques no les va el picante;
provolone a la parrilla relleno de lacón, tomate y px de naranja, que estaba para morirse, de los mejores que he tomado nunca y se notaba el regustillo a naranja; alcachofas confitadas con parmentier de apionabo, en su punto justo y espárragos a la parrilla con almendra tostada.
Se notaba el toque de la parrilla en todos y cada uno de estos platos. Todos ellos, resultaron un acierto y riquísimos. La materia prima de siempre, elaborada con un toque diferente que os encantará a toda la familia.
Entre los segundos predominó la chicha, especialidad de la casa. Entraña de ternera Angus, solomillo de vaca Rubia Gallega, que se deshacía como la mantequilla de lo tierno que estaba; hamburguesa de vaca madura en pan de mollete, una maravilla de carne también acompañada de queso chédar, pepino, tomate y cebolla morada; costillas con BBQ caserita, muy blanditas, que se desprendían solas del hueso y nada fuertes y brocheta XXL de pollo moruno y hortalizas, con un toquecito picantillo.
Si os gusta la buena carne ésta ha de estar cocinada con leña y en Madrid, La Parrilla de la Reina es EL LUGAR para disfrutar de ella, sin duda. Estaba todo delicioso.
Si tuviera que elegir, no sé con qué plato me quedaría. Para los que no os guste mucho la carne, también podéis pedir una brocheta XXL de langostinos con pico de gallo -las vi cocinar en la parrilla y tenían pintaza-.
Además, podéis configurar vuestros platos con la guarnición o salsa de la carta que prefiráis para personalizarlo un poco más.
Por supuesto, no podíamos irnos sin probar alguno de los postres de La Parrilla, aunque casi no podíamos más. Nos decantamos por las tartas de chocolate templado y la de queso Idiazábal. ¡Madre mía! ¡Qué gran elección! Mi pequeñina quería repetir la de chocolate, con auténtico vicio.
Y la de queso, una pasada, como debe ser: cuajada por fuera y cremosa por dentro. No puedo evitar pedir tarta de queso allá donde voy y es de las mejores que he comido.
En todo momento, nos encontramos muy a gusto en el restaurante. Como digo, había bastante espacio entre mesas. Había familias, parejas y amigos y estaba muy ventilado. Estuvimos al lado de la parrilla en vivo, viendo cocinar los platos y fue una pasada y la atención no pudo ser mejor, los camareros, muy pendientes de las niñas y de si nos faltaba alguna cosa. Sin duda, repetiremos cuando estemos por el centro de Madrid.
¡Lo dicho! Apuntad esta recomendación para ir con niños a comer en plena Gran Vía madrileña: La Parrilla de la Reina. Calidad, buena comida y espacio bonito e ideal para ir con peques. Echad un vistazo en www.parrilladelareina.com . ¿Conocéis este restaurante? ¡Contadnos vuestros planes cuando vais al centro de Madrid con los niños!
Pintaza!!!