El teatro, como los libros, es una herramienta ideal para que los niños aprendan mensajes fundamentales mientras pasan un buen rato. Por este motivo, las compañías no pierden la oportunidad de que los niños, además de risas, se lleven un mensaje claro tras un día de teatro. Solidaridad, respeto a los papás, al medioambiente, hacer deporte, comer bien… son algunos de los valores que más se repiten en los escenarios.
Este último, el de comer bien, es el objetivo de La pócima del buen comer, una obra para niños de 3 a 8 años que lleva unas semanas representándose en la sala de teatro Plot Point. Todos los domingos a las 17:30h, actores y marionetas de guante ponen en escena una historia divertida con un mensaje contagioso: es fundamental comer bien. «Come bien y sano, come bien y sano», una retahíla ligera y contagiosa que se repite en formato musical en esta obra y que es imposible no cantar durante días.
Dos personajes divertidos juegan el papel del jefe y el ayudante, un Don Quijote y Sancho adaptado a la vida moderna, a la vida entre probetas de laboratorio, y entre los que los papeles se intercambian constantemente.
Doc es un científico un poco loco que, junto a su ayudante Manolito, tierno personaje pero también despistadísimo, ha inventado algo revelador: la pócima que hará que todos los niños coman bien y, por tanto, estén sanos.
Los problemas llegan cuando esa pócima se pierde y sus dos creadores tienen que buscarla por todas partes. El escenario parece entonces multiplicarse por mil y, lo que parecían dos sencillas tablas en escena se convierten en mil y un elementos distintos. Desde allí veremos interactuar a marionetas de guante que darán un toque cómico y divertido a una obra ya de por sí hilarante.
Como ocurre en otras obras de Martelache, como Kungfu Chándal, el teatro gestual será el gran elemento que atrapará a padres e hijos, con toques de humor y juegos visuales, bromas y chascarrillos que a los padres nos llevarán a nos brindarán guiños actuales y nos mantendrán con la sonrisa en la boca, mientras que a los niños les sorprenderán con sus juegos y movimientos.
Una obra, en fin, que mezcla mensaje y diversión a partes iguales. Una obra redonda.