¿Cómo sería un mundo sin música? Creo que esto es algo impensable porque la música es vida, es amor, es libertad. Este fin de semana hemos vivido una experiencia inmersiva que plantea, precisamente, este hilo conductor y que te hace amar la música aún más. Se trata de WAH Show, un espectáculo que no te puedes perder, apto para vivirlo también con peques. Probablemente hayáis oído hablar de él, pero, como nosotros, no os esperáis lo que vais a vivir dentro del universo WAH porque, hacedme caso, tenéis que vivirlo.
Ya mientras esperábamos en la puerta de acceso, los vigilantes de la Nación Omega estaban pasando a lo largo de la fila, al lado de todos los asistentes, con sus trajes blancos, sus máscaras de pájaro y sus armas. Es decir, desde el minuto cero, te sumerges en la experiencia. En este momento fue cuando le conté a mi pequeñina, Pilar, que íbamos a vivir una historia en la que los malos querían eliminar la música para siempre y los buenos, la defenderían. Este es, en modo síntesis, el hilo argumental de WAH Show: la Nación Omega quiere eliminar la música de la faz de la tierra y WAH Madrid es el último reducto de resistencia, en el que se sigue venerando este arte tan vital para el ser humano.
Cuando accedes al recinto, lo haces por un túnel oscuro, lleno de vigilancia y oscuridad, símbolo de la Nación Omega. Pronto desembocas en un recinto que no esperas para nada, en el que gobierna la luz, el color, la música y una decoración fabulosa. Es WAH Madrid. Allí verás tres zonas perfectamente diferenciadas con barra de bar y con restauración con gastronomía de los 5 continentes, para que vayas tomándote algo. Pero no creáis que solo picarás algo mientras escuchas música.
Aquí, en el “Food Hall”, ya ha comenzado la trama y estás dentro de ella. En los tres escenarios se desarrollarán actuaciones, que contextualizan lo que más tarde verás en el interior del auditorio.
Luchas de poder entre la Nación Omega y el reducto WAH. Luchas en las que el público es partícipe y defiende con ahínco la supervivencia de la música. Los directos de las actuaciones son impresionantes y, como os decía, la decoración del “Food Hall” os dejará atónitos. Creo que los animadores que te reciben a la entrada deben reírse muchísimo con las caras de las personas cuando acceden por el oscuro túnel a ese grandioso montaje, todos ¡ojipláticos perdidos!
En la zona gastro nosotros probamos varias cosillas de las múltiples opciones: desde pizza y hamburguesas para los peques, perritos calientes, raciones de jamón y queso, guacamole, fajitas… y nos tomamos algo fresquito, mientras alucinábamos, con los ojos muy abiertos, pendientes de lo que sucedía a nuestro alrededor, aún sin dar crédito a lo que estábamos viviendo.
Hay un espectáculo clave, en el escenario central del “Food Hall”, que avisa al público que deben ir pasando al auditorio. Cuando accedimos, lo que allí pudimos ver fue una pasada. Un recorrido por la mejor música de todos los tiempos y de todos los géneros. Desde pop, rock, ópera, clásico, jazz, blues, techno, dance… No falta género musical. Y las actuaciones cortan la respiración. Se trata de los mejores actores, cantantes, músicos y bailarines, venidos de todos los puntos del planeta. Las versiones son magistrales, tocan desde los temas más míticos de “New York”, hasta los de Michael Jackson, Beyoncé, Prince, Beatles, Rolling Stones, Queen, hasta las más célebres óperas de Puccini.
Hay un momento que nos puso los pelos de punta y fue la fusión de flamenco y blues, con el zapateado al son del mítico Hallelujah, tradicionalmente cantado a modo Gospel-Blues, aquí junto con voz flamenca. Pero las versiones fueron todas extraordinarias porque la de Bad Romance de Lady Gaga nos maravilló. A mí particularmente, me encantó también el momento de las óperas de Puccini: Madama Butterfly o el momento Vincerò de Nessun Dorma. El apoteósico cierre vino de la mano del dance y del techno de David Guetta o de los Pianos y también del rock de los Rollings o de Queen. Todo el auditorio bailando, saltando y cantando, padres e hijos. Fue una auténtica pasada.
Mención aparte merece todo el montaje de efectos de luz y sonido. Un despliegue que hace que, de un escenario de color negro, pases a presenciar un órgano de tubos en una catedral gótica, a las profundidades del océano, el suburbano o un barrio de Nueva York o a un cielo lleno de estrellas y mariposas. Todo con un vestuario tan moderno y rupturista como el espectáculo en sí. Creedme si os digo que alucinaréis. Lo pasamos genial, bailamos, cantamos, gritamos, nos emocionamos. Todo esto sucede en WAH Show. Si vosotros también queréis vivirlo como plan de adultos o con vuestros peques, hay sesiones para ambos. Gracias a la promoción «Dejad que los niños se acerquen a WAH», en las sesiones matinales de los sábados y domingos, los niños entran gratis al comprar la entrada de los adultos. ¡Una buena oportunidad para familias con peques a partir de 5 años! WAH Show está en Ifema, con acceso por el Pabellón 2.
Para más información y entradas puedes consultar la web oficial de WAH o nuestra página de referencia cuando queremos ver cualquier obra de teatro: Teatro Madrid, que ahora también tiene una web dedicada exclusivamente al público infantil y familia, TeatroInfantilMadrid.com. En estas páginas dedicadas al teatro, encontrarás todas las obras en cartelera de Madrid, recomendaciones, artículos en su revista TM, venta de entradas… ¡Y mucho más!