Cuando Topito se despierta… ¡se acaba la calma! No para quieto ni un segundo. Estas dos líneas escritas en la parte de atrás de Topito Terremoto (Editorial Beascoa) resume a groso modo el contenido de este nuevo cuento del que hoy os quiero hablar, porque es toda una lección para los mayores.
De primeras este libro me llamó la atención porque mi hija pequeña de tres años es una «topito terremoto». No conoce el peligro y va lanzada a todos los lados, así que al descubrirlo en la librería, pensé que debía formar parte de nuestra biblioteca particular. Y no me equivoqué, porque el mensaje que encierra es muy poderoso.
Plomo, inútil, hiperactivo, inquieto, inseguro, TDA-H son solo algunos de los adjetivos que los compañeros de Topito le regalan cada día, unas etiquetas que le acompañan desde que se levanta por las mañanas hasta que llega al colegio, donde los profesores se muestran desesperados por su comportamiento y sus compañeros apenas quieren saber nada de él.
Sus padres, preocupados, no saben qué hacer para que su niño sea «como el resto». Lo único que se les ocurre es llevarle a la consulta de «La Maga del Bosque: Terapias creativas para niños difíciles», un lugar habitado por Berta. Ésta no hace magia, simplemente escucha, comprende y deja que Topito sea él, sin juzgarle ni etiquetarle. Y lo más importante, le ayuda a encontrar aquello que más le gusta hacer: su pasión.
Topito Terremeto me ha hecho pensar mucho en la forma en la que me comporto con mis hijas (y con los que no son mis hijas). En casa, en el trabajo, con la familia… tendemos a encasillar a la gente por algo que una vez hicieron, sin pensar que eso les pueda estar haciendo daño o marcando algún rasgo de su personalidad. De vez en cuando, sería bueno poner en blanco nuestra mente cuando nos dirijimos a alguien y no estar influenciados por experiencias pasadas. Pero sobre todo creo que con nuestros hijos debemos ser muchas más veces agentes pasivos, escuchar lo que quieren decirnos y observar lo que hacen para ayudarles a dar con aquello que les gusta hacer, y es que como dice Berta, la Maga del Bosque: «Todos necesitamos un carril para no descarrillar y ese carril es encontrar tu gran pasión».
Creo que uno de los secretos del éxito de Topito Terremeto está en sus ilustraciones, obra de Anna Llenas, la creadora de Topito, su colegio, sus compañeros, sus padres o de Berta, pero también de los diseños de cuentos tan famosos para el público infantil como El monstruo de colores, Te quiero (casi siempre), Diario de las emociones o Si yo fuera un gato.
Si os pasa como a nosotros y el personaje de Topito Terremoto os llega al corazón desde un primer momento, no os perdáis los dos nuevos libros de esta colección: Topito Terremeto, mi primer libro de cartón, y Topito Terremeto, cuaderno de actividades para centrar la atención y no despegar el culo de la silla. Elena ya los ha incluído en su lista de peticiones para la Feria de Libro del Madrid que comenzará a finales de mayo en el Parque del Retiro.