Si habláis otros idiomas, seguro que en algún momento habéis intentado enseñarles algunas palabras. Algunos padres logran ser suficientemente perseverantes y sus hijos acaban aprendiendo conceptos e incluso hablando con cierta fluidez para cuando comienzan el colegio, pero hay que reconocer que no es sencillo.
¿Por qué nos cuesta tanto hablar a nuestros hijos en otros idiomas?
- Porque no nos sale natural. Cuando hablas con tu bebé, el lenguaje que empleas sale muy de dentro, muy del corazón, metemos rimas, canciones y lo hacemos sin darnos cuenta así que, aunque intentemos hablar en otro idioma, lo normal es que acabemos volviendo a nuestra lengua materna que es con la que nos sentimos más seguros.
- Porque nos falta perseverancia. En cuanto hay una palabra que no sabemos lo normal es que cambiemos al español y nos quedemos ahí.
- Porque quien está con nosotros puede sentirse molesto o aislado. Personalmente, no hablo en inglés con mis hijos cuando están los abuelos cerca. Me da la sensación de que les saco de la vida familiar de un plumazo y no me gustar hacerles sentir mal así que hay que posponer el momento a cuando ellos no están y no siempre se puede.
- Porque nos gusta sentir que nuestro hijo nos entiende y si mezclamos idiomas, las posibilidades bajan, o eso creemos. Cuando empiezan a decir sus primeras palabras ya van cogiendo expresiones y, si no les hemos hablado en otro idioma desde el comienzo, puede que en su mirada notemos que no nos siguen o que incluso nos muestren cierto rechazo. La clave: empezar desde muy, muy pequeños.
Dos libros geniales para enseñarles inglés
Hace poco he conocido dos títulos muy interesantes de Anaya y Bruño respectivamente que me están poniendo mucho más fácil la tarea de aprender inglés con mis dos peques.
Mi primer libro de animales, de Anaya
Es un libro precioso, lleno de color y con divertidas ilustraciones que muestra animales agrupados por su entorno (granja, mar, etc) y, en páginas sucesivas, por características como su tamaño o su color. De esta forma, no sólo podemos enseñar a los niños los nombres de los animales que más les gustan sino también lanzar pequeñas frases como «la hormiga es muy pequeña» o incluso comparativas un poco más adelante: «La hormiga es más pequeña que el elefante».
Inicialmente funciona como un las típicas flash cards, pero en lugar de sacar cartas, vamos viendo animales en sus páginas.
Mi primer imaginario, de Bruño
Podéis utilizarlo como mejor se adapte a vuestro peque: resaltando palabras sueltas, como Mi primer libro de animales, o utilizarlo para entablar conversación. Hay capítulos de temáticas que los niños reconocen fácilmente: el cole, sus amigos, el campo… Su vinculación con estos espacios les hace sentirse seguros y las ilustraciones dan mucho juego para preguntarles más sobre cada situación. Podéis hablar de sus amigos, de su clase, de los utensilios que utilizan y los juegos que más les gustan…
Tips que os ayudarán
Os cuento algunas claves que han funcionado para mí y que están ayudando a que mis peque aprenda poco a poco con estos dos libros:
- No le forcéis a leer más, ni a terminar el libro, ni una hoja. Seguid leyendo mientras el peque mantenga la atención. No hace falta marcarse metas sino seguir la regla de la diversión: si es divertido, merece la pena. Cuando deja de serlo, cambiamos de actividad. Puede que en menos de 10 minutos estén hartos del libro. En algunas edades, ¡incluso menos tiempo! No os frustréis.
- No leais todo el libro del tirón. Al menos en el caso de mis peques, el saberse alguna palabra de un día para otro funciona como una píldora de motivación. Si lees todas de una vez, puede que no logren aprenderse ninguna y cada día sentirán que están con palabras nuevas.
- ¿Habéis visto en el libro el caballo, la vaca, la granja… y al rato está jugando con sus muñecos de granja? Aprovechad para repetir las palabras, intentad que las relacione con su igual tridimensional y poco a poco entenderá que está aprendiendo otro idioma, que es lo mismo que el español. Es increíble lo fácil que asimilan un concepto tan complejo.
Como veréis , aunque nosotros estamos utilizando estos libros, la forma en que lo hacemos es aplicable a casi cualquier libro con ilustraciones que guste a los peques. ¡Esperamos que estas ideas os vengan bien!