Si tu hijo o hija ronda los 2 años, seguro que abuelas, vecinas o cualquier otra persona de más de 60 años te ha dicho aquello de: «uy, aprovecha el buen tiempo para quitarle el pañal». Efectivamente, el verano es la época preferida para quitar el pañal a los niños. Algunas personas lo llevan grabado a fuego en la memoria y descartan que el cambio ocurra en otra estación. ¡Prepárense, vejigas, llegó vuestro momento!
Es una creencia bastante extendida, aunque no del todo acertada: sí es más cómodo el verano para manejar escapes, mejor dar un agüita a la ropa, tenderla y asegurarte de que a los 20 minutos está seca. Es genial… ¡si el niño está preparado!
En cualquier guardería os dirán lo mismo: por mucho que sea verano, el niño tiene que haber dado señas de estar controlando sus esfínteres. Al menos el pipí, porque la caca ya es otro cantar!
En casa estamos en pleno proceso, ya se me había olvidado lo divertido que es! No me refiero a los escapes, sino a ver a nuestros bebés en su nueva faceta de mayores: lo orgullosos que se ponen cuando hacen pis en el orinal, lo mucho que les gusta contarlo y rememorarlo (me encanta este ejercicio de memoria, repasando el día con ellos y cómo viven cada cosa de nuevo, especialmente estas tan divertidas), lo mayores que se sienten, la sorpresa de las primeras veces que lo consiguen mirando a su alrededor sin saber de dónde salió «aquello», la fiesta de los padres… todo es nuevo, todo es un reto, todo es bonito. Es crecer, crecer sanos, y eso sí es una bendición. Qué maravilla vivirlo a su lado, ¿verdad?
En mi caso, la guía de los profesores de la guardaría fue fundamental, sobre todo con la mayor. Sin ellos, no habría sabido que era el momento de quitar el pañal, o sí, porque los niños nos van marcando también el ritmo! Y a veces son ellos quienes se quitan el pañal y te dicen claramente que no lo quieren más, sobre todo en verano, que les da tanto calor.
Por eso, para que vayais adelantando los que os estéis planteando ese momento os dejo los consejos de los profes de la Escuela Infantil Los Gavilanes de Madrid, en el distrito de Tetuán, un centro público lleno de maravillosos profesionales de los que os he hablado alguna vez.
Recomendaciones iniciales
- Tened presente que cada niño lleva su ritmo, no hay que tener prisa ni sentirnos obligados a comenzar el proceso porque otros niños de su edad ya estén en ello.
- No tengáis prisa. Llevará un tiempo, hay que tener paciencia y no esperar resultados inmediatos.
- Antes de ponerlos en el orinal, id diciéndoles que ya son mayores y que van a poder hacer pis y caca como papá y mamá, en el WC.
Lo que no hay que hacer
- Nunca, nunca, nunca hay que regañarlo por mojar el pañal, por tener un escape o no hacer pis en el orinal. No importa en qué fase estéis de la retirada.
- Tampoco obliguéis al niño a sentarse en el orinal. Ofrecédselo pero no le forcéis. Acabará sentándose. Si va a la guardería, no se resistirá mucho porque verá a los demás niños y lo normalizará en seguida.
- Una vez retirado el pañal, no volváis a ponérselo. Confundiría al niño y tendríais que volver atrás.
El paso a paso
- Proponeros firmemente sentarlos en el orinal al menos un ratito cada día, unos 10 minutos, siempre a la misma hora. Elegid un momento fijo: después de la cena, después del desayuno… sin variar el horario.
- El niño irá habituándose a hacer pis en ese horario y el pañal comenzará a estar seco. Aprovechad esto para reforzarlo: «qué bien, este pañal está muy seco!!». Por supuesto, reforzad también cuando hace pis en el orinal (seguramente comenzará por el pis): «alee, has hecho un pis muy grande, qué bien!». No os cortéis en aplaudir, si hace falta o en pintarle una carita sonriente o ponerle una pegatina en la mano. ¡le encantará! Escuché a unos padres una vez contar que cuando su hija hizo caca por primera vez en el orinal, sacaron serpentinas que tenían escondidas en el baño y montaron una fiesta. Mano de santo. ¡Nunca más volvió a hacerlo en el pañal! ¿Será verdad?
- Cuando pasa un ratito en el orinal, preguntadle siempre: ¿Ha salido algo de pis? Si ha salido, decidle que es un mayor y que lo ha hecho muy bien. Si no, no lo déis mayor importancia: «No pasa nada, mañana volvemos a probar!».
- Sentadlo en el orinal al menos cada hora. Veréis como poco a poco se acostumbra a esperar ese momento.
- Sustituid bodies por camisetas para que pueda ser más autónomo y sustituid pañal por braga-pañal. Os resultará (y a él) más sencillo bajárselo solo.
- Cuando el niño tenga siempre el pañal seco, sustituid braga-pañal por braguitas o calzoncillos. Ahí sí, llevad siempre varias mudas de cambio, sobre todo al principio.
- Por la noche es otro cantar: el pis de la noche es más difícil de controlar así que aquí sí pondremos el pañal. La retirada nocturna nos llevará más tiempo. Normalmente, tardará unos 15 días más en controlar el pis en las siestas y alrededor de 1 mes para la noche, pero no es una norma fija. A muchos niños les cuesta meses controlar el pipí nocturno. Que haya escapes pasados los 5 años no se considera aún un problema pero consultad siempre vuestras dudas con el pediatra.
Posibles «piedras» en el camino
- Puede que al niño le cueste sentarse en el orinal, sobre todo al principio. No lo déis importancia. Ofrecédselo siempre, cada día a la misma hora y veréis como acaba sentándose. Si va a guardería será más fácil porque verá a sus compañeros. Si el orinal no le interesa en absoluto, también podéis probar con un adaptador de WC, quizá al verse como papá y mamá sentado en el WC, se anime más fácilmente.
- Es común que los niños tengan ciertos reparos a hacer caca en el orinal. Lo normal es que aprovechen la siesta o la noche para hacerla. Si es así, tened presente que algunos niños pueden llegar a contener las ganas e incluso sufrir estreñimiento. Sed pacientes y si el estreñimiento persiste, consultad al pediatra. Pero no os preocupéis ni os mostréis decepcionados o enfadados si no lo hace en el orinal.
- Si vuestro hijo empieza a tener pesadillas y/o despertares durante la noche coincidiendo con la retirada del pañal durante el día, seguramente sea síntoma de que está controlándolo también por la noche. Seguramente sea siempre a la misma hora más o menos. Lo ideal sería llevarlo al orinal cuando lo notáis inquieto en el sueño. Si no se despierta, será estupendo y podréis seguir durmiendo, pero también puede ocurrir que no quiera sentarse en el oro, que no logre despertarse del todo y acabe llorando sin saber muy bien qué le sucede. Poco a poco irá dándose cuenta. No lo déis importancia.
- El control nocturno puede alargarse en el tiempo. Intentad no preocuparos demasiado. Los pediatras no consideran importante el control del pis durante el sueño antes de los 5 años así que tranquilos. A partir de esa edad sí lo es porque puede ser la consecuencia de algún trastorno psicológico, miedos, etc. Si estáis en esa edad, consultad al pediatra.
- Si una vez controlados pis y caca el niño vuelve a tener escapes, no os agobieis. Nervios, cansancio, estrés, a veces incluso algunos juegos nuevos que les gusten demasiado hacen que controlen peor y puedan tener algún percance. Si se repite durante demasiado tiempo, consultad con el médico, pero si son escapes puntuales, no lo deis demasiada importancia, especialmente delante del niño.
Y por lo demás… ¡disfrutad del proceso porque va a ser maravilloso ver cómo se sienten capaces de controlarse!
Si además el cambio os pilla en verano… ¡pues mira qué bien! Menos mudas os harán falta en el armario! Y si no… no importa, en invierno también se crece.
Si vuestro hijo empieza el cole y no controla pipí y caca… ¡ánimo! Por desgracia no en todos los centros están preparados para cambiarlos una vez comienzan Infantil (por suerte, cada vez menos) y puede que paséis un tiempo complicado. Pero pasará…
Nota: gracias a la E.E.I. Tetuán VI- Los Gavilanes por sus consejos hace ya unos años, por la paciencia y las sonrisas de sus profes 🙂