Las tan esperadas vacaciones de verano nos traen por fin más tiempo para estar con la familia, con los amigos, o para aprovechar el tiempo que durante el curso escolar no teníamos para hacer planes diferentes y divertidos. Por eso, es un buen momento para hacer alguna manualidad creativa con los niños con la que seguro que pasamos un buen rato. ¿Qué os parece disfrutar con curiosas y originales creaciones hechas con flores?
No sé si a vosotros os pasa, pero a mí me cuesta bastante mantener a los niños lejos de las pantallas cuando estamos en casa. En cuanto me despisto poniendo la lavadora o trabajando un rato, ya los tengo pidiéndome tele, tablet u ordenador. Les cuesta mucho entretenerse solos, siempre hay una opción más fácil con una pantalla por medio.
Para evitar esto, las manualidades, junto con los juegos de mesa, se han convertido en las mejores alternativas: son la excusa perfecta para sacar nuestros ojos de las omnipresentes pantallas. Aunque a veces reconozco que la tecnología ayuda muchísimo para poder hacer algunas de las actividades que os recomendamos porque con sólo un clic se pueden hacer compras y envíos a todas partes. De esta manera, podemos encargar flores para nuestras manualidades de forma rápida y sin problemas y ponernos en marcha con la manualidad que os proponemos si no podemos conseguirlas directamente dando un paseo por el campo.
Cómo hacer un marcapáginas con flores secas
Algo muy fácil de hacer y entretenido son los marcapáginas florales. Para esto sólo son necesarias flores, forro para libros adhesivo o algún tipo de plastificadora, y si se quiere, hilos o lazos de colores. No hace falta que frenemos ahí, todo lo que queramos añadir a nuestros separadores puede ser una buena idea.
Nosotros hemos probado estos días y aunque el resultado ha sido bastante regular (no tenemos plastificadora y con los forros adhesivos el nivel es más aficionado), debo decir que, además tener un marcapáginas hecho por nosotros mismos es un buen aliciente para fomentar la lectura.
Pero, ¿cómo hacerlo?
Lo primero que habrá que hacer será secar las flores para que queden planas y el grosor sea el mínimo posible. Para eso, aprovecharemos los libros más gordos que tengamos. ¡Ojo! Si dejamos secar una flor dentro de un libro, es importante que esté envuelta en servilletas u otro tipo de tejido que recoja su humedad, para evitar manchas.
Una vez la flor o las flores estén secas, las colocaremos sobre el forro adhesivo en la disposición que más nos guste y las dejaremos bien plastificadas para que se mantengan así. También podemos añadir purpurina y otros toques de color antes de terminar de plastificar, a los niños les encantará ese detalle.
Nosotros optamos por poner un fondo con forma de corazón con una hoja de papel rosa que teníamos por casa para aumentar dureza al punto de línea, pero transparentes quedan muy bien también.
Por último, se puede hacer una perforación en un lado del separador o marcapáginas y colocarle unos lazos o hilos de colores, de forma que cuando esté colocado dentro de un libro, sobresalgan. Y si queremos ser más originales, añadirle unas cuentas al final de los lazos es una posibilidad muy creativa.
Como la idea ha tenido éxito en casa, os comento además que vamos a preparar un surtido de 4 marcapáginas para regalar a los abuelos el próximo día 26 de julio, que celebran su día. Si también lo celebráis con regalillo para los abuelos que tantas y tantas veces nos sacan de mil y un apuros, no dudéis en compartir la foto de vuestra manualidad con el hashtag #felicidadessuperabuelos