Que alguien que ha puesto en marcha un medio de comunicación online diga que no es muy fan de las nuevas tecnologías, puede sonar raro. Pero así es. Y hasta lo repito: no me gustan las nuevas tecnologías. Aunque es cierto que una vez superado el periodo de prueba, me convierto y suelo asimilarlas sin problema. Supongo que lo que no me gusta en realidad es enfrentarme a ese «periodo de prueba».
Aunque, en realidad viene de familia. Mi madre nunca, nunca, nunca tocó el reproductor/grabador de video, entonces de VHS. Tampoco le interesa lo más mínimo ninguno de sus descendientes. Le regalamos un móvil que mi padre ha cargado semana tras semana desde hace años sin que ella jamás lo lleve en el bolso. De hecho, ni siquiera tengo su número entre mis contactos. Para qué, si no lo utiliza…
Quizá por eso, cuando, instalamos Netflix en casa, -¡fue mi regalo sorpresa del día de la madre por adelantado!- reconozco que estaba un poco reticente. Con mucha curiosidad, pero mirando en la distancia. Fue el padre de las criaturas, con la criatura mayor, quien lo instaló. Y entonces comenzó mi conversión. Cuando lo vi en marcha, me pareció un invento del futuro traído a mi vida. Así de fácilmente se me hace feliz a mí. Y os recuerdo que la cuota mensual de este invento no llega a los 8 euros.
¿Cómo se instala?
Una vez efectuada el alta, lo primero es decidir cómo quieres utilizar Netflix: en dispositivos móviles, en ordenador o en la televisión. Si es la respuesta es móvil, tablet u ordenador, basta con tener conexión a internet. Abres la página y comienzas a ver lo que te apetezca.
Si decides verlo en la tele, puede ser igual de sencillo si tienes una smartTV que está conectada a internet. Si no es así, descubrirás otro gran avance de la modernidad (para mí fue todo un descubrimiento): un aparatito que se llama Chromecast. Se trata de un dispositivo de google (lo hay de otras muchas marcas) que cuesta entre 35 y 45 euros (nosotros lo compramos por 39€ en Fnac). Este dispositivo se conecta por HDMI a la tele y hace que puedas ver cualquier cosa que tengas en el móvil o tablet en televisión. Así, comenzamos por ver los videos de los peques en la tele. Alucinamos todos. Un día esto me parecerá parte de la Prehistoria (para muchos de vosotros quizá lo sea), pero en aquel momento fue una pasada.
Una vez instalado Chromecast (tan sencillo como enchufarlo, la tele lo reconoce), tienes que navegar con tu móvil, tableta u ordenador en la web de Netflix. Puedes crear tantos perfiles como necesites y en cada uno se seleccionarán los programas que mejor se ajusten a tus gustos. Además, al crear un perfil nuevo puedes indicar si se trata de un mayor de edad o de un menor, poner una clave de control parental y programar sus programas. Todos los recursos imaginables para controlar lo que los niños ven, aunque no puedas estar presente el 100% del tiempo.
En cualquier caso, os recomendamos ver al menos un capítulo de las series infantiles, un trocito de película… porque una cosa es lo que les gusta a ellos y otra lo que os gusta a vosotros para ellos. Además, ¡podéis acabar enganchándoos!
Por otro lado, puedes elegir el idioma y los subtítulos, ya sea para cada programa o para todo lo que veas desde un perfil concreto. Nosotros lo intentamos ver todo en versión original, al menos así paliamos la «culpa» de que los niños vean la tele, devastadora para sus neuronas pero necesaria para las nuestras en algunas ocasiones.
Como veis, tiene sus luces, pero también sus sombras: no hay contenido Disney-Pixar, muy poco de estudio Ghibli y tampoco está de momento La Patrulla Canina o los PJ Mask. Sí tienen Peppa Pig, Pocoyó y un sinfín de series propias, algunas de ellas de LEGO que son una chulada. No hemos echado de menos las carencias una vez descubiertos algunos programas…
Confieso que mi historia con Netflix es antigua. Lo tuve cuando viví hace años en Estados Unidos y, aunque podías ver contenido online, a mí lo que me gustaba era que las pelis llegaran en su paquetito a casa, las pusieras en el DVD y las pudieras devolver echándolas al buzón en el mismo sobre, pero dado la vuelta. Me pareció genial y tenía ese toque romántico de las cosas que pueden tocarse. Por no hablar de la rapidez del servicio postal que me dejaba alucinada. Eso y la atención al cliente. Una vez me llegó un DVD con una bonita raja en medio. Estaba segura de que me tocaría pagar la peli. Nada que ver. Me la volvieron a enviar en tiempo récord sin pedir más explicaciones y pidiendo mil disculpas.
No he necesitado el servicio técnico de nada, de momento, pero estoy más que tranquila con el precedente de antaño.
Seguiremos disfrutando de Netflix. ¡Os voy contando!
Madre mía!!!!! Me acabas de descubrir un mundo nuevo. Yo tampoco conocía ese aparato, el Chromecast, pero creo que voy a comprarlo y sobre Netflix investigaré también. Gracias por la info Diana!