Si tuviera que definir en una palabra Mobil, el espectáculo que vimos mis hijas y yo (incluida la peque de 13 meses) el domingo pasado en el Teatro Circo Price, no sabría exactamente cuál escoger, aunque quizás la que mejor podría resumir todo lo que presenciamos es sencillez. Y es que te das cuenta de cómo con unas simples pelotas amarillas, unos vinilos, unas tablas de madera, un botijo y un tocadisco se puede crear un show que mantenga la atención de pequeños y mayores durante 50 minutos (¡qué pena que no durara más, se nos hizo demasiado corto!).
Sencillez por muchos otros motivos, porque con cuatro o cinco onomatopeyas el protagonista de esta función consiguió conectar de lleno con su audiencia durante todo momento, incluso en el instante en el que tuvo que repetir uno de los números finales. No pasaba nada, sus gestos y su escueto vocabulario permitió que el público entendiésemos a la primera lo que ocurría y le brindásemos otra oportunidad para ver lo que nos tenía preparado como colofón final: controlar el movimiento de seis pelotas votando al mismo tiempo, algo nada fácil. Por eso necesitaba atención y concentración, y desde las butacas intentábamos estar en silencio, pero lo que teníamos enfrente nuestra era tan diferente a lo habitual, tan original, tan bueno, que no podíamos evitar, sobre todo los más peques, expresar lo que sentían y veían con comentarios como «Hala», «Bravo» o «Guau».
Cuando llegamos a casa, le expliqué a mi hija que tenía que hacer «una ficha» que me había pedido mi profe y escribir lo que había visto esa mañana, y ella me soltó, pon esto: «Hemos visto un payasete muy divertido que hace malabares con pelotas, en un circo normal y con una mesa de madera». Y al preguntarla por la parte que más le gustó, me dijo: «Cuando se sonaba los mocos y cuando andaba de un lado para otro». De primeras no me sorprendió mucho, porque situaciones tan naturales y tan reales como la que me describió, al ser escenificadas por alguien, a ellos les resulta de lo más cómico. Yo la entiendo, porque si yo me reía con esos momentos, ella aún más. Pero lo que me hizo darme cuenta de que Mobil le había calado, fue que aplaudió durante y al terminar la función. Creo que ha sido la primera vez que hemos ido al teatro y lo ha hecho de manera tan espontánea. ¡Un éxito!
El ciclo ¡Hola Pista! continúa hasta el próximo domingo 29 de mayo, esta vez con Ópera para secadores (recomendada para mayores de 6 años), en la que la compañía francesa Blizzard Concept propone un espectáculo con imágenes llenas de sorpresas y escenas desternillantes en las que mezcla teatro, malabares y nueva magia.
Qué chulo! Yo las últimas veces que he ido al circo (entre ellas al Price en Navidad) también me ha entusiasmado el papel de los payasos. Es lo que tu dices: sin hablar, solo con gestos! El último que ví: con un simple silbato se metió al público en el bolsillo.