Me considero una persona puntual de toda la vida. Si quedo a las 17.00 horas de la tarde, yo estoy a menos diez, pero desde que he tenido hijas no sé qué ha pasado pero las agujas del reloj van mucho más rápido, yo más lenta y los preparativos previos a salir de casa se han multiplicado por tres. Menos mal que tengo mi lista de ‘Cosas que no se me pueden olvidar echar al bolso’.

Últimamente he descubierto que no pasa nada si te quedas sin toallitas y tu hija se ha puesto perdida con la merienda, porque siempre puedes pedírselas a una madre del parque o del colegio, que te las cederá sin problema; o si un día con las prisas se te ha olvidado meter la botella de agua en el bolso, a tu alrededor encuentras una tienda donde comprar una. Y después de vivir situaciones como las que describo, me he dado cuenta de cuatro imprescindibles que no todo el mundo suele llevar consigo, pero que para mí nunca pueden faltar.  ¿Seré un poco rara?

1. Las monedas para el carrito de la compra
A mis hijas les encanta venir conmigo y con su padre al supermercado, debe de ser algo hereditario, porque yo nunca de pequeña puse ninguna pega a realizar esta actividad doméstica en familia. Para que la estancia allí sea lo más “agradable” posible es importante poder controlar a las peques y la mejor forma de hacerlo es sentarles en el carrito, pero claro para ello tienes que llevar siempre en tu monedero o en el bolsillo de algún pantalón dos monedas de 50 céntimos o de un euro. Así que, consejo de madre-friki-compradora, ten siempre apartadas las dichosas moneditas.

2. Los calcetines para el parque de bolas
Desde que se cambió la hora, llegó el frío y las lluvias nos visitan un fin de semana sí y otro también, hemos tenido que decir adiós a las tardes de parque, sol y aire fresco y dar por inaugurada, al menos en mi casa, la temporada de parques infantiles. ¡Súper importante: los calcetines! Sí, ya sé que en otoño-invierno-primavera los chavales los llevan puestos, pero… ¿qué ocurre si, como me ha pasado a mí este verano, te amanece un día de lluvia de esos de no salir del apartamento, el único plan en tu zona de playa es ir a un centro comercial con parque de bolas y tu hija va en sandalias? Que si no has metido unos en tu bolsa de imprescindibles, te toca pagar 1,5 euros por cada par y encima son más feos que feos #conmiscalcetinesforever.

3. Cubreasientos para el baño
Mi gran descubrimiento gracias a mi amiga Vanessa, que tras su experiencia personal los ha comenzado a comercializar en España. Si aún no lo has usado, te animo a que los pruebes, porque no te arrepentirás. Imagínate que tienes que ir al baño de un restaurante o de un centro comercial, pero se ha acabado el papel y el váter está manchado (no entraré en más detalles). Puedes miccionar medio de pie o… ¡tachán, tachán, tachán! sacar de tu bolso un cubreasiento Toly y colocarlo en la taza. Lo mejor es que los tienes para mayores y para peques, son biodegradables y el precio es muy económico.

4. Gorro de lluvia
Lo acabo de añadir hace unas semanas a mi lista, porque una mañana que llovía a cantaros, mi marido se fue a trabajar más pronto de lo normal, a mí me tocó llevar a las dos al cole y… ¡casi me da algo! El carro de la pequeña, la mochila de la mayor, el paraguas… ¡solo tengo dos manos! Ya me he hecho con mi gorro de lluvia para calarme lo menos posible. Eso, o señores fabricantes de carrito, les lanzo una idea desde aquí: ¿por qué no incorporan a las sillas de paseo una enganche donde puedas poner el paraguas? Se agradecería mucho.

Y ahora te toca a ti, ¿cuáles son esas cosas con las que no puedes vivir en tu día a día y te ayudan en tu jornada laboral y en tu papel de mujer y madre?

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