Ya sabéis que nos gusta mucho contaros nuestras experiencias de restaurantes para ir con niños y este fin de semana descubrimos un lugar que nos gustó mucho: Blue Frog. Un restaurante con cocina grill, americana, pero con un toque diferente en sus platos que nos encantó y donde los niños tuvieron comodísimos.
Si lo que te gusta cuando sales a comer es que los niños estén en una zona diferente, jugando y soltando energía, este no es el lugar. En Blue Frog tienen un ambiente familiar para que los niños se sientan incluidos, pero no hay zonas aparte para ellos. Apuestan por contar con los servicios imprescindibles para toda la familia como tronas de sobra y cambiador en los baños (comprobé el baño de mujeres/minusválidos, donde sí hay cambiador y se permite la entrada a papás con bebés, no solo a mamás), además de un menú infantil completo y a un precio muy competitivo (8,95€) para los más pequeños.
Lo mejor de todo, dejando a un lado la comida, es el trato: nada más llegar, te reciben con una sonrisa y en todo momento los camareros están pendientes de ti y de los niños. Menús personalizabas con dibujos y pasatiempos para colorear es el primero de los obsequios que reciben los niños que ya comienzan la comida más relajados porque tienen una tarea divertida a la que entregarse. No sé si os pasará con vuestros hijos, pero los míos se relajan un montón cuando tienen colores en la mano o la misión de resolver algún laberinto o sopa de letras.
A partir de aquí, todo fue rodado. No esperéis un menú infantil súper original. Lo que nos propone Blue Frog no se sale de lo tradicional para los niños: pizza, macarrones, quesadillas, filete con patatas o ensalada… una selección de apuestas seguras entre la que seguro que vuestros hijos encuentran alguno de sus platos favoritos.
Personalmente, lo agradezco. Si los platos están bien hechos y los macarrones no son los típicos con salsa de bote que suelen poner en los menús infantiles, ya me doy por satisfecha. Una salida a comer fuera no me parece el lugar ideal para enseñar a los niños que las coles de Bruselas están riquísimas aunque en casa no haya quien se las haga comer. Vamos, que prefiero ir a platos que sé que van a comer contentos y sin discusiones. A fin de cuentas, cuando salgo a comer fuera yo también me pido lo que más me gusta. En The Blue Frog los platos son sencillos pero bien elaborados y las raciones un poquito más pequeñas que las normales en el menú infantil.
Sin embargo, y aunque sale muy económico pedir el menú infantil porque incluye bebida y postre, siempre podéis pedir platos para compartir porque en el menú «de adultos» seguro que hay muchas cosas que les gustan a los peques.
Como era un primer acercamiento, nosotros nos dejamos llevar por las recomendaciones de nuestra camarera, Andrea, un encanto de mujer que cada poco nos preguntaba si necesitábamos algo y siempre tenía un comentario agradable para los niños (aunque hubieran tirado el agua por el suelo y tocara recomponer la mesa). Ella nos aconsejó algunos platos especialmente ricos de Blue Frog:
- Nachos Tribeca: tortillas de maíz cubiertas con cheddar fundido y acompañadas con un guacamole especial (¡con fresas!), pisto de verduras con carne y nata agria.
- Pedimos también una hamburguesa, otra de las especialidades de la casa. La nuestra, la Empire, tiene rulo de cabra caramelizado, cebolla asada, salsa de jalapeños, anacardos fritos , tomate y lechuga.
- Y, para terminar, medio costillar que fue otra de las recomendaciones de Andrea: el honey bbq pork ribs. Muy rico también.
Lo compartimos todo y no nos quedó hueco para los postres que probamos solo en formato infantil porque los niños también estaban llenos de sus platos: la tarta de zanahoria y los cofres. Muy recomendables ambos. Los cofres super ligeros, sorprendentemente ligeros, diría yo, y la la carrot cake también muy suave y agradable.
Ya os adelanto que las raciones son generosas y nosotros, aunque íbamos con ganas de comer, acabamos hasta arriba, disfrutando de cada plato, pero llenos. Influye también que una tiene menos capacidad para comer con 7 meses de embarazo, que ya sabéis que todo se comprime mucho… pero viendo que no fui la única que no pudo merendar, me queda claro que las raciones son generosas, los precios ajustados y la calidad, estupenda. Por algo el restaurante estaba lleno así que os recomendamos reservar.
Hay varios Blue Frog en Madrid, Valencia y en Barcelona. Nosotros fuimos al de Heron City, que es especialmente atractivo para ir con niños porque podéis combinar la comida con alguna de las actividades familiares que organizan en su Festival de Primavera. Echad un vistazo a la programación de este mes para organizaros y al listado de restaurantes abiertos en Madrid. ¡Sin duda merece una visita!