Entras en un centro comercial y todo está decorado con telarañas, calabazas y muchas telas blancas y negras. Paseas por la calle y los escaparates de las tiendas te avisan de que en dos semanas celebramos Halloween y en la televisión se anuncian a bombo y platillo maratones infantiles con dibujos terroríficos. Y es que aunque una no quiera, la noche de los muertos vivientes está ya aquí. Mi peque y yo hemos sido muy previsoras este año y ya tenemos nuestra particular decoración casera para dar mucho miedo en la tarde/noche del 31 de octubre a todo el que llame a nuestra puerta y diga las palabras mágicas: ¿Truco o trato?

Por otros post de manualidades sabéis que todo lo que hacemos mi hija Elena y yo es con materiales que tenemos por casa y que conseguimos reciclar y darles otra vida. Y también que tras muchas actividades hechas, tenemos ya cierta base que nos permite seguir probando nuevas cosas, porque para mí la esencia de todo ese tinglado que monto es pasar un rato lúdico, creativo y distendido con mi princesa. En este caso la temática, teniendo en cuenta las fechas que las que estamos, es Halloween y, la verdad, el resultado… ¡es terroríficamente bueno!

¡Soy un fantasmaaaaaa!
Necesitas: Cartulina negra, folio blanco, algodón, tijeras, lápiz y pegamento.
Cómo se hace: En la hoja blanca dibujas la figura de un fantasma con ojos y boca para después recortar justo estas dos partes de la cara. Cuando lo tengas, lo pegas sobre una cartulina negra y, a gusto de cada niño, se coloca algodón blanco. Nosotras hicimos esta manualidad con más amigos de Elena y cada uno decidió si pegar mucho, poco o nada de algodón.
Dificultad: Baja.

Calabazas con ojos
Necesitas: Plastilina naranja, ojos de pegar, palos de helados y purpurina verde líquida.
Cómo se hace: Se moldea la plastilina naranja hasta que quede una bola que simule una cabeza. Después se colocan los ojos, se pone sobre el palo y se le da el último toque con un poco de purpurina verde líquida, o en su defecto, se puede poner en la cabeza un trozo de tela verde o cartulina pintada de este tono.
Dificultad: Baja.

El esqueleto
Necesitas: Bastoncillos de las orejas, cartulina negra, folio blanco, lápiz y pegamento de cola.
Cómo se hace: En un folio en blanco dibujas una cara con ojos y boca, lo recortas y lo colocas en una cartulina negra. Después, y aquí viene lo más difícil, vas poniendo pegamento en cada uno de los bastoncillos que hacen el cuerpo del esqueleto y lo pegas. Nosotras conseguimos hacer el tronco, pero no llegamos al resto del cuerpo. Es un esqueleto un poco especial, sin brazos, ni piernas, ni pies, pero os animo a que lo completéis.
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