Qué ver con niños en Lisboa en tres días

La ciudad de Lisboa es perfecta para una escapada en familia, por su belleza, su accesibilidad en transporte y cercanía, su seguridad y su clima. Un puente de tres días puede ser suficiente para descubrir la esencia de la capital portuguesa y hacernos una idea de la vida en la ciudad, aunque seguro que desearás volver porque te quedarán muchas cosas por descubrir. En Mamá tiene un Plan nos hemos escapado en coche a Lisboa para pasar allí tres días en familia y queremos contarte nuestra experiencia, lo que no debes perderte y algunos tips para el viaje.

Vista del Puente 25 de Abril desde el Paseo Carlos do Carmo, que desemboca en la zona monumental de Belém.

Nuestra vecina Lisboa es una ciudad con un encanto especial. Portugal es tan parecido a España y a la vez tan diferente, que nos parece un destino perfecto para una escapada o unas vacaciones en familia. Está muy cerquita y puedes llegar en coche, ya que sólo cinco horas y media la separan de Madrid o en avión, en un vuelo desde Madrid que dura poco más de una hora. Las mejores épocas del año para visitar la ciudad son primavera y otoño, ya que los inviernos son fríos y los veranos calurosos, como sucede en Madrid.

Estampa característica del barrio de Alfama con sus cuestas y su ropa tendida en los balcones.

Y nuestra última recomendación, antes de sumergirnos en la visita de los lugares más top de Lisboa es que, si viajas con niños pequeños que lleven sillita, lleves también un sistema de porteo infantil, ya que Lisboa es la ciudad de las nueve colinas y, por tanto, está repleta de cuestas. Unos desniveles que se encuentran, sobre todo, en sus barrios más castizos: Barrio Alto, Chiado y Alfama. Si los niños son pequeños, pero no llevan silla, no te preocupes porque la subida a estos barrios más elevados se puede hacer en tranvía, elevadores o autobuses que se encuentran por toda la ciudad y harán las delicias de vuestros niños.

La tarjeta Lisboa Card incluye transporte ilimitado, acceso a los principales monumentos y descuentos.

Después de leer sobre el tema y de hacer cálculos, nosotros decidimos adquirir la tarjeta Lisboa Card 72 horas, que también tenéis de 24 y 48 horas y que te da acceso ilimitado al transporte público de Lisboa, a los principales monumentos y descuentos en muchas tiendas y monumentos. Es muy cómoda, ya que no tienes que estar esperando colas en las taquillas o preocuparte de sacar las entradas anticipadas por Internet para un determinado día y hora; además, como bien sabéis, los niños se suelen cansar de andar y Lisboa está muy bien comunicada por tranvía, autobús, tren y metro y con Lisboa Card, podréis coger el transporte siempre que queráis. El tema económico también resulta ventajoso, bajo nuestro punto de vista, ya que, echando cuentas la Lisboa Card 72 horas de adultos nos salió por 54 euros y sólo la entrada al Castillo de San Jorge eran 15 euros o 6 euros el Elevador de Santa Justa. Y así sumadle el resto de entradas diarias y el transporte.

La fuente de la plaza del Rossio representa el corazón de La Baixa o Barrio Bajo de Lisboa.

Una buena opción a la hora de hacer vuestra planificación turística puede ser comenzar el primer día por la monumental zona de Belém para después explorar el centro de Lisboa y el Barrio Bajo. Otro día lo podéis dedicar a el Barrio Alto y el Chiado, continuar por el Castillo de San Jorge e ir bajando por el barrio del Castillo y Alfama. Por último, si queréis dedicar la estancia completa a Lisboa, podéis optar por visitar también la plaza del Marqués de Pombal y el Parque de las Naciones o, como hicimos nosotros, dedicar un día a ver el Palacio da Pena de Sintra a sólo media hora de la capital.

Día 1: Barrio de Belém, sus deliciosos Pasteles y La Baixa

El Paseo de Calos do Carmo recorre la ribera del Tajo hasta la zona monumental de Belém y es muy agradable.

El primer día nosotros lo dedicamos al barrio de Belém, la zona más monumental de Lisboa. Si queréis llegar dando un agradable paseo, podéis acompañar al Tajo en su desembocadura hacia estos monumentos por el paseo paralelo, el denominado Paseo Carlos do Carmo, con vía ciclable y para patinetes, que resulta muy agradable. Pasaréis por preciosos miradores; por el Museo de la Electricidad, una antigua central eléctrica reconvertida y por bares y restaurantes donde hacer un alto en el camino y tomar algo contemplando las vistas. Si, como a nosotros, os pilla el atardecer, es una delicia disfrutar de esta zona del gran estuario, viendo las embarcaciones navegar

La Torre de Belém fue concebida como elemento defensivo y más tarde fue prisión.

El paseo termina en la zona monumental con el dedicado a los Descubridores y, más allá, la Torre de Belém. Esta última es un ejemplo perfecto del arte manuelino portugués. Se trata de una torre defensiva a la entrada del Tajo que, más tarde, fue prisión. El interior se puede visitar gratuitamente con la tarjeta Lisboa Card.

El Monumento a los Descubridores es un homenaje a los que se aventuraron hacia nuevos mundos.

Un poco más adelante, también en la ribera del Tajo, se alza el gran Monumento a los Descubridores de Lisboa, con 52 metros de altura, representa una carabela con 33 personas a bordo que miran al Tajo y que tuvieron un peso importante en los descubrimientos de nuevos mundos, encabezados por Enrique el Navegante. Este monumento se construyó en 1960 para conmemorar los 500 años del fallecimiento de este último. En el suelo se encuentra la rosa de los vientos y el mapa de Portugal con las colonias descubiertas en las diferentes expediciones que partieron desde este lugar. A los niños les llama mucho la atención ver el mapa y aprenderán sobre las colonias portugesas.

La fachada del impresionante Monasterio de los Jerónimos tiene 300 metros de largo.

El otro gran monumento de la zona de Belém es el Monasterio de los Jerónimos (entrada incluida en la tarjeta Lisboa Card). Con 300 metros de largo y un fascinante claustro, se construyó en el siglo XVI por encargo de Dom Manuel I, en conmemoración del regreso de las Indias de Vasco de Gama. De hecho, las obras se financiaron con las riquezas procedentes de las colonias. El Monasterio se erigió donde se enclavaban los restos de la antigua ermita fundada por Enrique el Navegante. Es el máximo exponente del arte manuelino y debe su nombre a que, durante los primeros años, fue residencia de los monjes de la Orden de San Jerónimo, hasta que en el siglo XIX pasó a manos del estado. Merece la pena visitar la impresionante iglesia del Monasterio, aunque cuando nosotros estuvimos, estaba cerrada por obras de rehabilitación.

El claustro combina elementos decorativos de la navegación con el estilo Manuelino.

Sin embargo, lo más impactante, sin duda es el impresionante claustro, con una decoración que mezcla elementos del mar y de la navegación, como guiño al momento histórico que se vivía en el momento de su construcción, con el estilo manuelino, propio de la época en Portugal. El patio central alberga las tumbas de Vasco de Gama y de Luís de Camoens y la parte superior de la iglesia, la de Fernando Pessoa, así como las de diferentes monarcas portugueses, como Manuel I. Además, el ala oeste del Monasterio alberga dos museos: el de Arqueología, con una colección muy importante y el de la Marina que fascinará a los peques enamorados de las embarcaciones.

La Fábrica de Pasteles de Belém se fundó en 1837 y desde entonces estos dulces son muy apreciados.

Después de descubrir esta maravillosa zona monumental de Belém, toca relajarse y hacer un alto en el camino para reponer fuerzas. En la Rua de Belém tenéis que hacer una parada en su Fábrica de Pasteles de Belém, la casa donde nació el dulce más típico de Portugal, fundada en 1837. Estos deliciosos pasteles rellenos de crema inglesa caliente y espolvoreados con azúcar son muy apreciados en todo el mundo. Siempre hay cola más o menos numerosa en función de la época del año. Nosotros sólo esperamos 5 minutos para comprarlos para llevar, aunque también hay otra cola para tomárselos en el interior, sentados en una mesita y con un café, un lugar con mucho encanto. Como decía, nosotros optamos por comprarlos y tomarlos en los Jardines del Monasterio, frente a este monumento, un majestuoso enclave con bancos, sombras, esculturas y fuentes. Un lugar donde los niños podrán descansar y jugar después de una mañana de turismo. 

La Plaza del Comercio es uno de los símbolos de Lisboa.

Para volver al centro de la ciudad, os recomendamos el tomar el tranvía número 15, que desemboca junto a la plaza del Comercio. Allí podéis continuar vuestra jornada turística por La Baixa. La Plaza del Comercio de Lisboa o Terreiro do Paço Real es uno de los símbolos de Lisboa. En ella estaba ubicado el Palacio Real que quedó destruido en el terremoto que asoló la ciudad en 1755. A partir de ese momento, el Marqués de Pombal decidió reconstruirla en forma de U. Preside la Plaza una estatua ecuestre de José I, monarca que gobernaba en el momento del terremoto. Llama la atención también el Arco Triunfal que se eleva y da paso a la Rua Augusta. Actualmente se puede subir a un mirador en lo alto del Arco desde donde hay unas vistas imponentes de la Plaza del Comercio y de Lisboa, gratuito con Lisboa Card. No dejéis de acercaros a las orillas del río, donde aún se conserva la escalera que utilizaban los monarcas para desembarcar en la ciudad, además de una pequeña playita, un lugar perfecto para que los niños jueguen. Actualmente allí se encuentra la estación fluvial de Cais do Sodré, donde los viajeros son transportados de un lado al otro del Tajo.

La Plaza del Rossio es el centro neurálgico de la vida lisboeta, siempre llena de ambiente y bullicio.

Atravesando el Arco, encaminaréis la Rua Augusta, llena de tiendas, bares y restaurantes con terrazas y con una animada vida llena de turistas y lisboetas. Casi sin daros cuenta llegaréis a la conocida como Plaza del Rossio, llamada Plaza de Don Pedro IV, estatua que preside la misma. Esta Plaza es el centro neurálgico de la vida lisboeta, donde la vida bulle, llena de ruido y tráfico. Llamará vuestra atención el suelo de mosaico en blanco y negro, unas baldosas presentes en toda Lisboa muy típicas de la ciudad; el Teatro Nacional Doña María II, con imponente fachada neoclásica, que fue sede del de la Inquisición en su día; en un lateral no os podéis perder la curiosa iglesia quemada de Santo Domingo, sobrecogedora. También llamará vuestra atención la impresionante fachada de estilo manuelino de la Estación de Rossio.

Día 2: Barrio Alto, Castillo de San Jorge y Alfama

El Elevador de Santa Justa es una de las atracciones más turísticas de Lisboa.

Comenzamos el día casi donde lo dejamos la jornada anterior, cogiendo el tranvía hasta la plaza del Comercio. Subiendo un poco la Rua Aurea, paralela a la Rua Augusta, nos encontraremos con el Elevador de Santa Justa, una de las atracciones más turísticas de Lisboa y una de las opciones para subir al Barrio Alto y al Chiado, con sus 45 metros de altura. Se trata de una bella torre metálica de estética gótica e inspiración eiffelina, aunque no es obra del arquitecto francés. En su interior cuenta con dos ascensores de madera que transportan a los viajeros hasta un mirador donde tendréis una de las mejores panorámicas de la ciudad.

El Convento del Carmen quedó en ruinas después del terremoto de 1755 y se conserva tan cual, sin cubierta.

Saliendo del mirador, desembocaréis en la plaza del Carmen, frente a las ruinas del antiguo Convento del mismo nombre. Os recomendamos hacer una parada y tomar algo en esta plaza con las vistas al convento con el techo destruido por el terremoto de 1755, antes de continuar la ruta. La subida en el Elevador de Santa Justa está incluida en la Lisboa Card y suele haber bastante cola.

El Mirador de San Pedro de Alcántara desde el Convento del mismo nombre.

Una vez arriba, “perderos” callejeando por las encantadoras vías del Barrio Alto y el Chiado es el mejor plan. A nosotros nos fascinó el Mirador de San Pedro de Alcántara con unas vistas maravillosas, donde suele haber músicos tocando y actuaciones callejeras, un punto ideal para hacer un alto en el camino con los niños.

El Elevador de la Gloria es otra de las maneras de subir o bajar del Barrio Alto al Bajo.

El Chiado es la zona intelectual y bohemia de Lisboa, donde encontraréis librerías, tiendas de moda y locales de restauración con mucho encanto. Para bajar podéis tomar cualquiera de los elevadores tipo funicular que encontraréis. Nosotros optamos por coger el Elevador de la Gloria. Todos entran en la Lisboa Card y a los niños les encanta la experiencia de viajar en ellos.

Alfama es una de las zonas más antiguas y castizas de Lisboa y pasear por sus calles empedradas, un placer.

Nuestra siguiente parada, la del Castillo de San Jorge y Alfama, es una de nuestras preferidas y de las que más les gustan a nuestros peques, que sienten fascinación por los castillos. Los barrios del Castillo y Alfama son una de una de las zonas más antiguas y castizas de Lisboa, muestra de la impronta árabe en la ciudad. Sus callejuelas empedradas, sus locales dedicados al Fado, sus mercadillos, las vistas desde sus miradores, la ropa tendida en los balcones, las flores decorando las ventanas, el sentimiento de vecindad y celebración de las festividades más tradicionales aglutinan en Alfama y el Barrio del Castillo la esencia de Lisboa. 

La subida al Castillo de San Jorge es empinada, por eso desde el lugar se obtiene la mejor panorámica.

Hay que tener en cuenta que la subida es durilla por el empedrado de las calles y su inclinación. Por eso, nuestra recomendación es subir hasta el castillo en tranvía o elevador y visitarlo para, después, ir bajando mientras callejeas, disfrutando del Barrio del Castillo y de Alfama y de su sabor portugués. Hay dos posibilidades para subir al Castillo: una es en el tranvía, el 28 el más turístico que recorre las calles de Alfama, aunque, por esto mismo, siempre va lleno y para cogerlo suele haber bastante cola. Otra opción es coger el número 12, menos concurrido. Ambos salen de la plaza Matim Moniz llegan hasta el Mirador de Santa Lucía. Otra manera de subir de manera gratuita es el elevador del Castillo, un ascensor que no está tan concurrido, pero que tiene mucho menos encanto, ya que es un simple ascensor.

Paseando por las calles y jardines del Castillo, nos cruzamos con varios inquilinos que lo habitan.

El Castillo de San Jorge fue construido por los árabes y reconquistado por Alfonso Henríquez, primer rey de Portugal, en el siglo XII. Después fue reconvertido en Palacio Real hasta que quedó en ruinas en el terremoto del 1755. No se comenzó a restaurar hasta el siglo XX.  Lo mejor del Castillo son las impresionantes vistas de Lisboa, ya que se alza sobre la colina más alta de las nueve que tiene la ciudad. Pasear por sus calles y jardines es una delicia. Los niños disfrutarán mucho sintiéndose parte del ejército, disparando flechas entre las almenas o, simplemente, contemplando los pavos reales que habitan en su interior. La entrada del Castillo y los tranvías están incluidos en la Lisboa Card.

El Mirador de la Puerta del Sol en Alfama es uno de los más impresionantes de la ciudad.

Al salir del Castillo, no dudes en perderte por el barrio del mismo nombre. Entrar en la iglesia de Santa Cruz del Castillo. Callejear por sus empedradas calles y disfrutar de lo que parece un pueblo en sí mismo. Lo mismo que por Alfama, donde te recomendamos una parada en el Mirador de la Puerta del Sol, que regala una de las estampas más bellas de Lisboa y el de Santa Lucía. De camino hacia el Barrio Bajo, encontrarás la imponente Catedral de Lisboa, la Sé, construida en 1150, después de la reconquista y enclavada sobre la principal mezquita de entonces. También te recomendamos hacer una parada en la iglesia y la casa de San Antonio, junto a la Catedral. 

Día 3: Sintra y Puente 25 de Abril

El Palacio da Pena de Sintra es uno de los más bellos de Europa y está construido con un estilo ecléctico.

La tercera jornada en Lisboa puedes destinarla a ver la zona más moderna de la ciudad, la plaza del Marqués de Pombal, zona de hoteles y restaurantes y la del Parque de las Naciones, construida para la Expo de Lisboa de 1998, donde encontrarás el Oceanario de la ciudad o el teleférico, entre otras atracciones, perfectas para niños. U optar, como nosotros, por conocer el maravilloso Palacio da Pena de Sintra, a media hora de Lisboa, el lugar más visitado de Portugal y uno de los Palacios más bellos de Europa. Una explosión de color, con una curiosa mezcla de estilos arquitectónicos y una imponente ubicación. A los niños les fascina este Palacio, que parece sacado de un fantástico cuento de hadas.

Es el lugar más visitado de Portugal y no nos extraña porque parece sacado de un cuento.

El Palacio da Pena (Palacio de la Peña) se alza sobre un entorno natural increíble, la Sierra de Sintra y está rodeado por un jardín botánico con miles de especies de todos los rincones del planeta. El eclecticismo es su seña de identidad, con una arquitectura que mezcla de estilos y corrientes estéticas e incluye elementos clásicos portugueses, como los azulejos que cubren las paredes con otros propios del Romanticismo con referencias mitológicas y religiosas. El Palacio data del siglo XIX y mezcla estilos arquitectónicos mudéjares y manuelinos, con torres góticas y mobiliario barroco en su interior, dando lugar a un extravagante y espectacular castillo cuyas estancias interiores también se pueden visitar. 

Está ubicado en lo alto de una montaña y rodeado por la Sierra de Sintra y por un jardín botánico.

Originalmente el Palacio da Pena era un Monasterio, algo lógico si tenemos en cuenta su aislamiento. Cuando los monjes se trasladaron a la zona de Belém, el rey Fernando II compró las ruinas del Monasterio destruido por el terremoto de Lisboa y decidió construir un palacio para su esposa María II de Portugal.

Diferentes seres fantásticos decoran cada rincón del Palacio en una mezcla de estilos muy pintoresca.

Te damos algunos tips importantes para tu visita al Palacio da Pena:

– Ten en cuenta que está en una montaña a media hora del centro de Sintra y que la subida es muy inclinada. Si vas en vehículo particular, puedes subir, siempre que no esté cortado el acceso, algo que sucede en temporada alta. Por eso te recomendamos ir a primera hora de la mañana o subir directamente con el autobús desde la Oficina de Turismo de Sintra y aparcar el coche particular en alguno de los aparcamientos disuasorios del municipio. Si subes en coche particular, existen varios aparcamientos en la subida al Palacio, pero no son muy grandes.

– Te recomendamos coger la entrada con antelación para ahorrarte colas, bastante largas, en las taquillas y garantizarte el acceso.

El Parque que rodea el Palacio es de una belleza natural impresionante y merece la pena pasearlo.

– Hay entrada para el exterior del Palacio y el Parque para el interior y la del interior va con hora concreta. Si tienes poco tiempo, lo que más merece la pena es el exterior y el Parque que rodea el Palacio que es una maravilla.

– Desde las taquillas hasta la puerta de acceso al Palacio hay otra subida importante. Si vas con niños pequeños, puedes subir en los microbuses hasta la misma puerta.

– En el Palacio da Pena hay un microclima que no siempre coincide con el de Lisboa o Sintra. Si es verano, te recomendamos que lleves una chaquetita y, si es invierno, nunca sobra el paraguas y el chubasquero.

– Con la Lisboa Card tienes un 10% de descuento en la entrada y puedes llegar de manera gratuita en el tren desde Lisboa a Sintra.

El Puente del 25 de Abril recuerda al Golden Gate americano, ya que lo construyó la misma empresa.

Por la tarde, puedes quedarte en la zona del Puente 25 de Abril de Lisboa, que es un espectáculo en sí mismo. Nos recuerda al Golden Gate de San Francisco, ya que fue fabricado por la misma empresa. Después de 45 meses de obras, se abrió al tráfico en 1966, con el nombre de puente de Salazar, que se cambió al finalizar la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974. Ostenta el título de puente colgante más largo de Europa y, si viajamos el coche a Lisboa, es muy posible que lo tengamos que cruzar por su parte superior, destinada a los coches ya que la parte inferior está destinada a los trenes que cruzan al vecino e histórico municipio de Almada, que prácticamente se considera ya Lisboa y cuya entrada está presidida por el majestuoso Cristo Redentor, similar al Corcovado de Río de Janeiro, con sus más de 80 metros de altura

Pilar 7 es una de las últimas atracciones turísticas de Lisboa y regala unas maravillosas vistas a 80 metros.

Si cruzáis a Almada, podréis subir en ascensor a la plataforma del Cristo y admirar las vistas sobre todo el estuario. Si, por el contrario, decidís no cruzar y quedaros en la orilla lisboeta, tenéis otro mirador con unas vistas también fascinantes, el del Pilar 7, una experiencia inmersiva en la que conoceréis todos los secretos y la historia del emblemático puente y subiréis en ascensor a su balcón-mirador de cristal a 80 metros de altura. Esta experiencia también está incluida en la Lisboa Card

El hotel Vila Galé Ópera regala a los huéspedes unas vistas de postal sobre el estuario del Tajo.

Aquí hacemos un inciso para recomendar el hotel en el que nos hemos alojado, perfecto para viajar en familia: el Vila Galé Ópera, que se ubica a los pies del Puente 25 de abril, justo al lado de Pilar 7. Nos encantó porque se encuentra en el enclave ideal para descubrir Lisboa, a medio camino entre el barrio de Belém y el centro de Lisboa y maravillosamente comunicado con todo en tranvía (el número 15E), tren, autobús y metro. Además, os acostaréis y os levantaréis con unas vistas de postal sobre el estuario del Tajo, el Puente y, al fondo, el Cristo Redentor. Otro dato importante es que cuenta con amplias habitaciones familiares, piscina de agua caliente y área de spa o piscinas de verano en la azotea, entre otros. SI QUERÉIS SABES MÁS SOBRE EL HOTEL VILA GALÉ ÓPERA, OS LO CONTAMOS AQUÍ.

Bonus Track Gastro: Mercados chulos para comer y comprar

En Time Out Market encontrarás el mejor producto pero también los corner de los mejores chefs de la ciudad.

En nuestra estancia en Lisboa hemos descubierto dos lugares que nos han encantado: el Mercado de Ribera o Time Out Market LX Factory Lisboa. El primero de ellos  combina, como sucede en los mercados más chics de Madrid, los mejores productos de venta en un mercado tradicional con una zona gastro que da cabida a los mejores chefs de la ciudad en un amplio recinto, con mesas centrales y los restaurantes en los lados. Siempre hay un ambiente fantástico, actuaciones y está muy cerca del centro. 

LX Factory es una antigua fábrica reconvertida en centro de arte, compras y gastronomía.

Por otra parte, LX Factory es una antigua fábrica reconvertida en centro de arte, restauración y comercio. Mezcla el ambiente decadente y vanguardista que tanto nos gusta de Lisboa y, en este lugar, encontrarás auténticas joyas de diseñadores emergentes y comerás genial.

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