Regalos responsables para estas Navidades

Lo de regalar regalos ecológicos no es fácil, pero no nos engañemos, tampoco es tan complicado. Sin embargo, cuando decimos en el título «regalos responsables», no hablamos solo del medio ambiente, sino también a nivel de valores para nuestros hijos. La Navidad es una época maravillosa para introducir nuevas formas de juego y nuevos juguetes en su día a día. Cuando en las cartas ponen aquello de: la muñeca xx, la pista de coches y una sorpresa… ay, queridos, en esa sorpresa tenemos una oportunidad de oro, para ponernos de acuerdo con SSMM y con Papá Noel para que no sea «más de lo mismo». 

Pero qué puede ser esa sorpresa que haga que los niños jueguen mejor y aprendan «algo más» por el camino… Os damos algunas ideas:

Los regalos no son ni de chicos ni de chicas

Mis hijos tienen adoración por las casas de muñecas. Los dos (tengo niña y niño). La casa en el árbol de las Enchantimals es uno de sus juegos favoritos, pero también el hospital de mascotas de Pin y Pon, la granja de Playmobil y la casita de Blancanieves que tenía yo cuando era pequeña han sido, durante mucho tiempo, sus juguetes favoritos. Poco a poco van cambiando tornas, pero aún juegan con frecuencia. Para mí todos ellos son casas de muñecas, aunque no todos sean rosas ni tengan muñecas con falda dentro (de hecho la casita de Blancanieves tiene más presencia masculina). El juego en esencia es el mismo, aunque os reconozco que, con la excusa de comprar algo «más de chico» para el niño, he estado tentada de comprar este castillo tan chulo de Melissa & Doug que, pensándolo bien, no es que le fuera a gustar más al niño que a su hermana, es que me encanta a mí. Llevo años enamorada de él. Sin embargo, de momento, no he sucumbido y no creo que lo haga.

Este año mis hijos han pedido dos muñecas de la famosa serie Shimmer&Shine. Una cada uno y sin duda y por poco varoniles que puedan parecer, van a caer las dos muñecas como dos soles. Porque es lo que les apetece. Personalmente no me vuelven loca, más bien todo lo contrario, creo que es un juguete del que se cansarán rápido, pero si están en la carta, está claro que los Reyes obrarán como consideren. He aquí nuestra pequeña aportación a derribar barreras de género. Muñecas y porterías para niños y niñas.

Juegos cooperativos para aprender a jugar juntos

Uno acaba harto de jugar a juegos de mesa donde los niños siempre tengan que ganar, que si no se monta una que no veas. Y sí, sé que hay que enseñarles a tolerar la frustración y que el fracaso es parte de esto, pero la verdad, hay días en los que se lo toman tan mal, que no me importa nada contar unas cuantas casillas menos en la oca. El problema es cuando juegas con dos niños porque entonces, a ver quién gana…

Me apetece mucho jugar a juegos colaborativos con ellos, pero reconozco que tenemos todos los clásicos que son más competitivos que otra cosa y, aunque acabamos haciendo siempre pequeñas concesiones incluso en los juegos de toda la vida, no es lo mismo y siempre acaba alguien medio enfadado, si no enfadado del todo.

Y de verdad que lo intentamos: Si jugamos al Monopoly nos prestamos la carta de «salida de la cárcel», si jugamos al «look and find» (un juego de memoria), nos chivamos lo que tiene el otro para que se lleve la carta… en fin, lo que se ha hecho toda la vida, al menos en mi casa. Sin embargo, este año, la sorpresa va a ser seguro un juego colaborativo como debe ser. He visto unos cuantos y de momento estos son los finalistas: La cosecha o El bosque Tantai, ambos de Ekilikua y El Frutal de Haba. Los primeros, con carga ecológica además. Pintan bien.

Seguimos eliminando barreras de género a través de la literatura

No puede falta un libro, al menos uno.

Me parece fundamental que los niños derriben falsos mitos. Últimamente estamos leyendo muchos cuentos clásicos en los que la-hija-de siempre acaba casándose con vete a saber qué apuesto o listo caballero al que ni conoce. Y en la mayoría de los casos la chica en cuestión ni aparece en el cuento. El muchacho se hace rico y se encuentra un premio extra: una mujercita para su disfrute. No quiero aislar a mis hijos de la historia, pero también quiero que sean críticos con ella y debo decir que sus reacciones son preciosas porque no entienden nada. Preguntan por qué nadie habló de la mujer en cuestión en todo el cuento, por qué ella no habla en toda la historia (es que a veces no dicen una palabra, no se le da voz, qué terrible es esto, ¿no?), por qué no dice que no, por qué , por qué, por qué… ¡y me encanta! Les suena ridículo del todo porque lo es.

Adoramos a los Grimm y a Perrault, pero han llegado nuevos tiempos.

Teniendo una hija, me parece fundamental que lo vea claro, que alce la voz y haga respetar su posición ahora y cuando la vida se lo exija. Pero me parece aún más importante que aprenda mi hijo, que no tolere las injusticias, que alce también su voz, más fuerte si cabe, para que no ocurran ciertas cosas. Que lo haga por su hermana, sí, pero sobre todo por él. Su hermana con suerte se defenderá sola, pero él también decide con sus actos en qué sociedad quiere vivir. En fin, que me voy por los cerros de Úbeda.

Sobre esto hay mucho a lo que jugar, pero también mucho que leer porque los clásicos, queridos míos, tienen que quedarse en la historia y tenemos que crear nuevas historias con valores actuales. Por eso, cuando me enteré ayer de que Princesa 2.0 además de obra de teatro tiene libro a la venta, decidí que estaría esta Navidad bajo nuestro árbol. Un libro ideal para desterrar mitos, para que la mujer, incluso aunque sea princesa, sea una persona por encima de todo. Porque las princesas llevan gafas y son valientes, aunque a veces tengan miedo, igual que los príncipes, como comentaba un día con su autora Irene Soler.

Otro gran libro (con varios números) ideal para esto es Princesas Dragón, de Pedro Mañas Romero y Luján Fernández Pérez, editorial SM. Muy recomendables todos ellos.

Y por supuesto, los famosos Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes que son un básico en toda casa de bien. Pero además es que ahora, ¡hay segundo volumen! 

¡Seguro que se os ocurren más regalos responsables con la educación de nuestros hijos! ¡No dudéis en contarnos!

 

 

Acerca de Diana

Soy periodista, emprendedora, amante del teatro (sobre todo infantil) y de los buenos planes (en familia, en pareja, entre amigos, en solitario...). Un día, después de un montón de casualidades, decidí lanzarme a la aventura de poner en marcha mi propio proyecto profesional: Mamá tiene un Plan. Hoy, tengo tres peques y muchas ilusiones, a los que dedico todo mi tiempo y energía. En el viaje me acompaña un hombre maravilloso (al que dedico menos tiempo del que me gustaría y quiero con locura) y una gran familia a la que adoro que hace posible que todo lo demás siga girando. @Diana_M_N

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