Los campamentos en la naturaleza son una bombona de oxígeno, ¿no os parece? La garantía de que los niños estarán, por fin, en un entorno relajado, sin el estrés que soportan durante todo el curso, con mucho horizonte al que mirar (¡bendito horizonte!) y poniendo en práctica, por fin, una forma diferente de aprender: a través, también, del tacto. Personalmente creo que los campamentos de verano en la naturaleza son una especie de seguro para la cordura. Pero es una opinión personal, ojo. Continue reading