Soy madrileña de pura cepa, de las que dicen eso de «ej que» y de las que de pequeña sus padres la llevaban domingo sí y domingo también a pasar el día entero con bici, nevera y gorra a la Casa de Campo, ya que nos pillaba a un tiro de piedra de nuestra casa. Y quizás esa es la razón por la que he tardado 40 años en descubrir un maravilloso lugar pegado al centro de Madrid, un pequeño rincón verde donde se puede hacer turismo cultural, gastronómico, pero donde sobre todo pequeños y mayores podemos relajarnos y respirar aire puro. Aquí os cuento en qué consistió nuestro día en familia en El Pardo. Continue reading