Cansada de oír todas las tardes de verano ese soniquete de «Me aburro», «¿Cuándo puedo ir a buscar a mis amigas?» o «¿Qué hacemos esta tarde?», decidí buscar algo que, al menos durante una hora, tuviese entretenida a mi hija y a sus amigas y así fue cómo monté unas sesiones de talleres improvisadas. Les hice pedir en sus casas y en las de los vecinos rollos de papel higiénico y tapones de todos los tamaños. Después, rebuscando en mi caja de manualidades, encontré varios materiales con los que empezamos a crear. Continue reading