Si hay algo que tod@s esperamos con ansia, eso son las vacaciones de verano. Ese momento en el que apagas el ordenador de tu mesa de trabajo y sabes que hasta dentro de 15 días, mínimo, no vas a tener que ponerte cara a cara frente a él. El destino da lo mismo, lo único que buscas es olvidarte de todo. Pero si, como es mi caso y el de la mayoría que estáis leyendo este post, los días de descanso los disfrutáis con niños, aquí la cosa cambia un poco. Primero surge la disyuntiva, ¿sitio de costa o pueblecito perdido en el monte? Segundo, ¿hotel o apartamento/casa rural? Tercero, ¿con actividades programadas o excursiones familiares al azar por la zona? Yo he probado ambas cosas y creo que las dos opciones son más que recomendables, solo es cuestión del momento familiar de cada uno. Continue reading