En general, recibir una carta siempre es una alegría, pero en estas circunstancias en que todo lo que nos llega del mundo exterior es a través de la pantalla, hace especial ilusión. Hace unos días una amiga que vive en Estados Unidos y tiene un hijo de 8 años me preguntaba si a #mimayor le gustaría tener un «pen pal» (¿os acordáis de aquellos de los amigos por correspondencia?) y me pareció una ocasión perfecta para ampliar su mundo. Al parecer su peque estaba tan emocionado como la mía así que nos hemos puesto manos a la obra para comenzar la correspondencia en cuanto podamos. Continue reading