Tengo que reconocer que cuando eres mayor y vuelves al circo, nada es lo que era. Llegas con mucha ilusión, pero se va desvaneciendo poco a poco, tanto que, en ocasiones, te obliga a poner una norma: ¡mis hijos no son de circo! Continue reading
Tengo que reconocer que cuando eres mayor y vuelves al circo, nada es lo que era. Llegas con mucha ilusión, pero se va desvaneciendo poco a poco, tanto que, en ocasiones, te obliga a poner una norma: ¡mis hijos no son de circo! Continue reading