El futuro ya es una realidad. ¿Os acordáis cuando comenzamos a ver robots en las pelis de Star Wars y nos parecía todo ciencia ficción o, como poco, algo muy lejano en el tiempo? Pues nosotras ayer convivimos con los robots de forma muy, pero que muy directa. ¿Dónde? En The Robot Museum, en Madrid. Acaban de cambiar su ubicación y ahora se encuentran en el Centro Comercial ABC Serrano. Las niñas disfrutaron de lo lindo jugando con los robots que más les gustaron y, la verdad es que ¡yo también!
Nos dieron cita a las seis de la tarde. El aforo es muy limitado por el tema del Covid, así que muchísimo mejor porque nos encontramos muy seguros en todo momento, aunque era un lugar interior. Y mucho mejor también porque en primer lugar el guía del museo realiza una visita en la que te explica los robots más destacados y el funcionamiento a la hora de visitar el lugar por tu cuenta, ya que después tendréis un rato libre y hay varios robots con los que vosotros y vuestros peques podréis jugar, previa aplicación de gel hidroalcohólico, por supuesto. Así que la visita, al realizarse con la unidad familiar es totalmente personalizada.
La visita, bastante teatralizada y enfocada a los más pequeños cuando los hay, comenzó mostrando algunas de las réplicas de robot más conocidas del cine. Por supuesto, no faltan los de Star Wars, que tienen un lugar principal, ni tampoco los de Alien, entre otros. A la entrada llama también la atención un piano que está en el suelo. ¿Os acordáis de la peli Big, protagonizada por Tom Hanks? Pues es una réplica de este mismo piano. Y, atención: ¡es uno de los juguetes con los que sí puedes jugar después de la visita? No hace falta que os diga que nos lo pasamos pipa mis hijas y una servidora saltando y bailando a la vez que intentábamos interpretar Cumpleaños Feliz ¡jajajajajaj!
Durante la visita guiada, también nos mostraron los famosos perritos robot de Sony. Mientras el guía nos explicaba las características de uno de ellos y las prestaciones que tenía en el hogar, Pilar ya se había enamorado y estaba diciéndome que se iba a pedir uno para Reyes. De repente, el guía nos desveló que eran unidades limitadas y el precio de cada uno y Pilar, automáticamente ¡desestimó la petición!
Un poco más adelante, pudimos ver otro tipo de robots que me parecieron muy útiles. En concreto, uno de ellos creado específicamente para personas dependientes que, además de poder transportar bastante peso, podía realizar varias tareas en el hogar y sus creadores estaban mejorando el último prototipo para que pudiera hasta conducir.
Desde luego, el futuro de la robótica en nuestra vida, ya es una realidad. Después de enseñarnos este último, nos mostró el de al lado, con el reclamo de “es un robot para hacer la vida más fácil en el hogar”. A lo que yo exclamé: “¡a ver, a ver, que esto me interesa bastante!”. Al momento descubrí que únicamente servía para hacer un seguimiento fotográfico de lo que sucede en tu vivienda. ¡Vamos, que no me enseñaron el robot que más me podía interesar, puestos a invertir en algo caro!
Como colofón de la visita, nos presentaron un robot concebido para atender al público, pero no solo para eso. De hecho, nuestro guía lo configuró para que bailara para nosotros. ¡Y oye! ¡Que se marcó La Macarena con más salero que nada!
Jugar con robots
Y después de la visita guiada, que a mis niñas les encantó, nos dejaron tiempo libre para jugar con algunos de los robots predispuestos para ello. Vamos, que llegó el mejor momento. Lo primero que hicieron las niñas fue coger un R2P2 y un Maestro Yoda a tamaño real que había allí, coger los mandos que controlaban las ruedas que llevaban debajo y marcarse una carrera.
Después estuvieron jugando a un juego de mesa muy molón que me pareció una idea genial para regalar en Navidad y que consiste en un camaleón que va cambiando de color según avanza por el tablero y tú tienes que tirar tus fichas del color que se pone. El que antes se quede sin fichas, gana. Vamos, como las cartas, pero en versión moderno.
Después nos fuimos a la zona de los robots. Cada una de nosotras escogió el que más le gustaba. Carmen estuvo jugando con un perrito que era una chulada. Andaba, corría, bailaba, giraba, se ponía a dos patas… A Pilar le encantó un pingüino, que nos dijeron que servía para ayudar en los estudios porque se controlaba con una Tablet. Aunque ella se centró en acariciarle la cabecita y le encantó que le contestara.
Yo escogí un dino que era una monada. Súper gustoso de acariciar y curvaba el cuerpo y cerraba los ojitos ¡como si fuera un gato! ¡Fascinante!
Después de hacer un poco “el cabra” saltando en el piano de Big, nos dijeron que iban a comenzar unas actividades lúdicas, con juguetes del Museo, en la planta de abajo del Centro Comercial y que las niñas podrían volar drones. Imaginaos el grito que pegaron. Así que, por supuesto, nos bajamos. Estuvieron ellas solas, con un monitor, aprendiendo a volar drones, Pilar uno más chiquitín y Carmen otro de mayor tamaño. Y terminaron ¡encantadas!
Nos encantó la experiencia en general en The Robot Museum. Además, el lugar en el que se ubica acompaña mucho. Durante estos días de Navidad, el Centro Comercial ABC Serrano cuenta con teatro y animación infantil gratuito. Las niñas estuvieron en una de las sesiones “clown” y disfrutaron muchísimo. Para los que no lo conozcáis, deciros que merece muchísimo la pena dar una vuelta por este Centro Comercial que ahora, en periodo navideño, cuenta con una fantástica decoración e iluminación. Y ya de paso, dar una vuelta por los alrededores: calle Serrano, plaza de Colón o Recoletos y disfrutar de la fantástica iluminación de Madrid.
Para reserva de entradas y más información sobre The Robot Museum podéis entrar en su web: www.therobotmuseum.eu/es/inicio/
De lo más interesante esa visita científica, no sólo por el aspecto lúdico, sino por lo que aporta de conocimiento a las nuevas generaciones.
Fantastico