Hace un par de semanas nos acercamos a ver Como una regadera, una obra de teatro social que nos tenía muy intrigados por tratarse de teatro social para niños.
La compañía Clan de Bichos puso en marcha a principios de septiembre un nuevo espacio cultural en pleno centro de Madrid: La Cueva de Clan de Bichos, y allí ofrece sus espectáculos para público familiar.
Como una regadera es su primera propuesta, que está recibiendo una estupenda acogida por parte del público. No es para menos. El espacio es un lugar pequeñito y discreto, al lado de la Ópera y que se autodefine como «el teatro irreal», con un encanto especial y gran cercanía hacia el público.
Como comentaba Susana, miembro de la compañía, antes de comenzar la obra: «en este espacio todo está en venta» y son una verdadera tentación las máscaras que decoran las paredes.
Los títeres son su especialidad, y en esta obra se ponen en acción multitud de técnicas: teatro de objetos, títeres de hilo, de guante, teatro de luz negra e incluso una interesante mezcla de audiovisuales que hacen viajar a los personajes por todo el mundo, literalmente.
La misión de estos personajes es de vital importancia: Unos chorizos han robado la pasta (la de comer) y se han dado a la fuga. Como consecuencia, la pequeña Charlotte, una dulce niña, tienen un hambre insoportable. La olla se va en busca de la comida para alimentar a la familia.
Una historia divertida, con infinidad de personajes que entran en acción de la mano de dos únicos actores (enhorabuena a estos, gran puesta en escena) y un fin honorable: conseguir comida.
Teatro social que no por ser de este tipo se hace menos asequible a los niños, que salen de la obra con un mensaje muy claro.
La obra está indicada a partir de 2 años y tiene una duración de 45 minutos.
Una apuesta arriesgada en los tiempos que corren, no por la obra, sino por la aventura empresarial, para la que deseamos mucha suerte a sus «locos» ideólogos. Sin duda, volveremos.