El miedo puede ser más divertido de lo que pensamos si le aplicamos una buena dosis de humor. Y los niños pueden aprender a superarlo en el espetáculo Juan sin miedo de La Caja del Terror.
¿Quién no ha sentido miedo en su niñez? ¿Y quién no lo ha experimentado todavía hoy en día, ya adultos, alguna vez? La pérdida de un ser querido, la falta de expectativas en el trabajo, un desamor… son variantes de la misma sensación.
Quienes tenemos niños volvemos a revivir los temores infantiles de nuestros hijos, aquellos que en algún momento nos hicieron acurrucarnos dentro de la cama, enrollados entre las sábanas, sin atrevernos a sacar los pies ni los brazos más allá de ese espacio confortable que nos ofrecía tranquilidad. O aquel miedo a atravesar el pasillo de casa para ir al baño, si no encendíamos todas las luces, o incluso el pavor de confesar algo malo que habíamos hecho ante el temor a la reacción de nuestros padres…
Vencer este sentimiento es parte de un aprendizaje que realizamos desde pequeñitos y que nos ayudará a superar otras dificultades cuando seamos mayores, y como en otras facetas de la vida nada mejor que emplear la risa. Eso es lo que propone La caja del Terror con su espectáculo infantil Juan sin miedo, una versión del clásico cuento de los hermanos Grimm, donde los niños aprenden durante una hora cómo superar los miedos con humor. La bruja, la momia, el esqueleto…. a todos se enfrenta Juan sin miedo en su afán de conocer lo qué es realmente sentir terror.
La entrada al local, decorado como si fuera la entrada a la casa de los horrores (los adultos pueden también disfrutar de un espectáculo más a su medida por la noche) ya adelanta que vamos a sentir miedo de verdad. De hecho, hubo un momento en que Elena se tapó los ojos con las manos entreabiertas, no queriendo ver lo que estaba pasando pero sin perder detalle de lo que ocurría en el escenario.
La interacción con los niños, las canciones, la magia y el humor hacen que los peques aprendan que no hay nada mejor que afrontar esta sensación mostrándole nuestro lado más humorístico. ¡Y hasta los truenos pueden ser divertidos si se les escucha con humor…!
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Un post buenísimo. Me lo apunto en la wish list