¡Qué bien lo pasamos el otro día viendo el musical nuevo de La Maquineta, ‘Un traje nuevo para un loco emperador’! Y es que La Maquineta nunca jamás defrauda. ¡Son geniales! Este es el tercer montaje que vemos de ellos y mis hijas y yo nos declaramos muy fans de esta compañía.
Como ya sabéis, esta historia tan famosa de Andersen trata de un emperador egoísta que gastaba todo el dinero de las arcas reales en vestidos cada vez más ostentosos y tenía a sus súbditos ‘fritos’ con las subidas de impuestos para pagar sus excentricidades. Hasta que llegan dos estafadores que le presentan una tela ‘mágica’, que tan solo las personas más listas pueden ver… Pues bien, todo ello, La Maquineta lo cuenta con unas caracterizaciones tan llamativas de sus personajes; con un vestuario tan trabajado y colorido, que es una pasada; con unos geniales decorados, que acompañan todas las escenas -hay cambios constantes de escenarios, con transiciones muy conseguidas-; y, por supuesto, con unos temas y coreografías de lo más pegadizos -mis hijas aún están bailando por casa, cantando “adorad al emperadoooor”.
Por supuesto, todo el atrezzo no serviría de nada sin unos buenos actores -y cantantes, en este caso-. Los actores de La Maquineta se nota que lo viven, que se divierten haciendo teatro para niños porque está claro que si tú te diviertes haciendo lo que más te gusta, los demás también lo hacen. En la obra, aparecen situaciones de lo más cómicas con guiños de humor para los niños más mayores y los adultos, pero también con puntos para los más peques: caídas y chistes más infantilones.
Además, la interacción con el público es constante, más aún que en cualquier otra obra que hayáis visto antes. El escenario no se limita a su posición habitual tras el telón, sino que sale delante del mismo, a los pasillos y entre las butacas. Precisamente esa es una de las cosas que hacen esta obra tan divertida para los niños. De hecho, hay un momento en el que el emperador quiere probar unos nuevos complementos de un traje entre sus súbditos: plumas de color, encajes, sombreros… Por supuesto, escoge a los papás -sexo masculino- del público, así que la bromita entre mayores y pequeños está garantizada porque os aseguro que ¡hay padres de lo más entregados!
Pero, sin duda, el momentazo con el que mis hijas y todo el público se rió muchísimo fue el final, cuando el excéntrico emperador desfiló con su ‘traje’ nuevo por los pasillos del teatro entre el público y los niños, que nunca tienen nada que esconder ni que demostrar, gritaron sin filtros ‘¡no llevas traje! ¡estás desnudo!’. La imagen tan cómica del emperador caminando en polainas, con liguero alrededor del muslo y el detalle de una chorrera colgando del cuello, hizo a los más peques desternillarse de risa.
Tampoco faltó el momento romántico, en el que dos de los protagonistas de la obra se enamoran al final… O se hacen novios como diría mi hija pequeña.
Lo dicho, si queréis un plan de domingo divertidísimo para hacer con vuestros peques, no os podéis perder el nuevo musical de La Maquineta. Estarán, de momento, hasta abril, todos los domingos a las 12h, en el Teatro Príncipe Gran Vía.