¿Te suena esta tecnológica española que ha arrasado en la venta de móviles en los últimos tiempos? ¿Esa que ha sacado al mercado un robot monísimo con un nombre un tanto raro, ZOWI? Esa, justo esa, BQ, la que, además, tiene distintos campus de verano para que los niños aprendan sobre robótica y programación y se diviertan a partes iguales.
5 programas distintos para este verano en, de momento, 6 centros de Madrid son las propuestas de BQ para niños y jóvenes de 8 a 14 años este verano. Una forma de aprender que se sale de la norma. No va de lo abstracto a lo concreto, sino al contrario, de lo palpable y manipulable, de su uso en el mundo a lo abstracto. Por ahora estarán en 6 centros de Madrid, pero pronto será en algunos más y también en Barcelona, Valencia, León y Ourense.
En palabras de Alberto Valero, responsable del proyecto educativo de BQ, «nos dirigimos a padres a los que les interesa que sus hijos se diviertan al memo tiempo que aprenden; consideramos que nuestros campus de verano son una inversión en educación, aunque los niños, además de aprender, lo pasan muy bien». De hecho, ese es el gran valor de los campus de BQ: los niños no solo se divierten sino que además, mientras lo hacen, están aprendiendo sobre robótica, sobre programación, trabajo en equipo, organización del tiempo y mucha, mucha creatividad.
«Si tuviéramos que destacar una actividad de los campus, esa sería la creatividad, incluso por encima de la tecnología», comenta Valero. Al contrario de lo que pueda imaginarse, los niños no pasan el campus entero detrás de un ordenador. De hecho, «el tiempo con el ordenador no supera el 20%» y lo que se les da son herramientas que fomentan un trabajo más bien artesanal: materiales reciclados y la necesidad de trabajar con las manos. Al finalizar sus trabajos, los niños deciden cómo quieren presentar su proyecto: vídeos, fotos, teatro y otras muchas ideas entran en juego. «Los niños son los seres más creativos del mundo y en sus presentaciones queda patente».
Estos campus tienen distintas temáticas que intentan siempre relacionar la robótica con la vida cotidiana: cómo nace un robot, mi robot me ayuda a entender el mundo, robot u obra de arte, el robot salva vidas o cómo ser un maker. Con cada temática, todas ellas probadas con cientos de niños en los talleres que BQ organiza en colegios y para familias, la tecnológica busca acercar la robótica desde distintos puntos de vista.
Para participar en este campus, no es necesario que los niños tengan unos conocimientos previos y tampoco que tengan una inclinación o gusto especial por el área tecnológico. «Si algo bueno tiene la tecnología es que gusta a todo el mundo». Y en cuanto a si hay preferencia por estos programas entre niños y niñas, también gusta por igual.
El objetivo no es que a los campus se apunten más niñas que niños ni viceversa porque una vez que comienzan con la temática, interesa a todos por igual. Lo importante es que el tema no les cause rechazo ni a unos ni a otros. Una vez en marcha, los profesores y diseñadores de estos programas están convencidos de que gustará sin duda.
Ahora solo queda saber más y reservar plaza porque estos campamentos van a triunfar, seguro.