¿Imagináis que cuando los niños tuvieran malos sueños pudierais tranquilizarles diciéndoles que las cosas malas se quedan fuera y que en su cuarto sólo pueden entrar historias de fantasía de la buena? En el caso de mi peque, este tipo de comentarios surten efecto.
Hace tiempo que las pesadillas quedaron fuera desde que echamos alrededor de la casa un polvo antimonstruos que evita que los personajes malignos se acerquen porque les huele a cebolla, aunque para los humanos sea perfectamente imperceptible.
Ahora, además, hemos conseguido que el momento de quedarse dormida sea más amigable a pesar de la oscuridad porque está segura de que en cuanto cierra los ojos, entra en su cuarto todo un mundo de fantasía maravillosa. ¿El truco? Una puerta de Fantasy Door que descubrimos en un evento genial: En familia Pop Up hace unas semanas.
Allí conocimos a Raquel, la persona que hace, una a una y de forma completamente artesanal, estas geniales puertecitas que tienen también su versión de puerta del Ratoncito Pérez.
Cuidando hasta el más mínimo detalle, cuenta con versiones de la puerta como puerta de fantasía y como puertecita del Ratoncito Pérez, por la que este personaje entra para llevarse su diente. De hecho, incluye un felpudo y una escoba pequeñita para que el ratoncito pueda limpiar la puerta de su casa. Las vende también con un «certificado de entrega» del diente donde el Sr Pérez puede indicar qué diente se ha llevado.
Además estas Fantasy Doors tienen un diseño súper cuidado: una cerradura brillante, la posibilidad de elegir entre distintos colores (madera, azul, rosa, morado…), una maceta con sus florecitas, divertidas guirnaldas colgando de la puerta como anunciando que lo que hay detrás merece la pena (mis favoritas), con el nombre del niño o del propio Sr Pérez. Toda una variedad de diseños que las hacen aún más bonitas y permiten su personalización.
A nivel práctico, tienen algo muy importante que las hace diferentes: su peso. Están elaboradas en foam, lo que hace que sean extremadamente ligeras y se peguen en la pared con un sencillo autoadhesivo que garantiza que no se caen. «Otros materiales más pesados hacen que la puerta acabe cayéndose constantemente», comenta Raquel, que ha ideado este uso de las puertas que va mucho más allá de la visita del Ratón Pérez.
En casa la llegada de la puerta ha sido no sólo un giro sutil y muy dulce en la decoración de la habitación, sino una herramienta para inventar historias que luego suelen acompañar nuestros sueños. Ahora las noches comienzan con un «¿Qué vamos a soñar hoy? ¿Llamamos a unos unicornios para que entren por la puertecita a ver qué historias nos cuentan?». De momento no necesitamos al Sr Pérez, pero cuando llegue el momento, también utilizaremos la puerta 😉
Si queréis más información, podéis encontrar todos los detalles en su Facebook. Por cierto, que además son súper económicas (13,5€ con la venta online, 10€ en mercadillos).
Mil gracias por la sugerencia. Lo estaba buscando y no sabía dónde dar con ello!
Las puertas de Raquel son geniales!!! 🙂