En nuestra ruta por Rioja Alavesa, cuando estuvimos visitando el municipio de Laguardia, uno de los lugares más recomendables por su belleza, comimos en una finca llamada Villa Lucía, un paraíso bucólico que aúna belleza con la mejor cocina tradicional de la zona, con producto kilómetro cero e ideal para ir con niños, ya que cuenta con actividades y menús especialmente diseñados para ellos, además de un museo del vino, con la última tecnología. Por no hablar de sus maravillosos jardines. Villa Lucía es un deleite para los cinco sentidos.
En nuestra visita a la villa medieval de Laguardia, visitamos la bodega El Fabulista con las niñas, una actividad muy recomendable y, cuando salimos, en la misma bodega había publicidad de una finca llamada Villa Lucía. Al parecer, el palacio que actualmente ocupa la bodega era la casa del fabulista Félix María Samaniego y, su finca de recreo, era el espacio de Villa Lucía. Y, allí que nos fuimos.
Cuando aparcamos en la finca de Villa Lucía -está a las afueras de Laguardia, así que mejor ir con coche- nos quedamos impresionados. Un gran paseo recibe al visitante, rodeado de jardines, grandes árboles y viñedos, con la sierra de Cantabria al fondo, se trata de un lugar para retener en la vista y memoria para siempre. Nada más entrar en el edificio principal, nos recibe una tienda gourmet, con vino de las mejores bodegas de la zona y también productos kilómetro cero. ¡No podrás resistirte a llevarte a casa alguna vianda!
Cuando accedes al salón restaurante, la impresión es igual de positiva que la entrada en la finca. Una decoración muy cálida, a la par que industrial, inspirada en el vino. Y, al fondo, un luminoso jardín, con mesas y sombrillas, grandes árboles, un puente con un riachuelo y peces y un escenario para espectáculos. ¿Os lo imagináis? Es un lugar que no os podéis perder cuando estéis por Álava.
Echando un vistazo a la carta, nos costó mucho decidirnos. Todos los productos llevaban el apellido kilómetro cero, el mejor producto local, cocinado por el chef Juan Antonio Gómez, basado en las recetas de la cocina tradicional vasca y riojana. Entre la carta de vinos también fue complicado elegir, así que nos dejamos asesorar por el personal, que nos trató de manera impoluta y nos hizo las mejores recomendaciones.
Al final, nosotros optamos por el Menú Asador Vintage para dos, ya que vimos que aglutinaba algunos de los mejores platos: salmorejo y foie casero; un carpaccio de novilla de la zona, con lascas de Idiazábal y helado de aceite de oliva o croquetas de txuleta. De segundo, yo opté por secreto de Basatxerri, hecho a la brasa con madera de entresaca, cepas y sarmientos, con lo que llevaba el sabor de la zona y mi marido se decantó por los callos con morro.
Nos encantó que, nada más llegar, a las niñas les dieron actividades en papel para realizar y para pintar. Los más pequeños tienen menús especiales, de idéntica calidad que los del resto de la carta. Así, mi pequeña, se pidió una cremita de verduras de temporada, que le encantó y, de segundo, la pechuga de pollo de corral; mi mayor optó, directamente, por la hamburguesa artesana de ganado mayor a la brasa. Los postres, no menos impresionantes que el resto: la Pantxineta, espectacular y la torrija casera.
Villa Lucía, con los cinco sentidos
Como estábamos explicando, este lugar es ideal para disfrutarlo con todos los sentidos. Ellos lo saben y, por eso, ofrecen completar vuestra experiencia enogastronómica, con una visita a su museo del vino. El único plenamente inclusivo del mundo. En este museo, vuestros peques podrán tocar, jugar, oler todo en cada rincón. Con lo que tendrán una experiencia completa y aprenderán a través del ocio todo sobre la cultura del vino.
Mis niñas lo pasaron en grande, sobre todo, con el juego de la cata de aromas, en el que tenían que reconocer lo que estaban oliendo y seleccionar, pulsando el botón, una de las opciones. También lo gozaron y lo gozamos, en la proyección sensorial en cuatro dimensiones “En tierra de sueños”, un extraordinario cortometraje que ha sido merecedor de 17 premios internacionales y en el que descubriremos la Rioja Alavesa, de la mano de Vinfo, el Duende del Vino. Una proyección que te hará sentir bien y en la que notarás cómo cae la nieve sobre tus hombros y hasta cómo se siente eso de beber a chorro de la bota de vino. ¡Una auténtico planazo familiar! Más información y reservas, pinchando aquí.