Fue decirle a Elena que íbamos a ir a ver Zas, el espectáculo de magia de Pablo Barán (Teatro Arlequín hasta el próximo 26 de noviembre) y hacerme buscar en youtube algún vídeo sobre él. Dimos con su truco de «El sobre y la princesa» y estuvimos practicándolo día sí y día también hasta que se acercó la fecha de asistir al show. La expectación por verle en vivo y en directo era máxima y… ¡no nos defraudó para nada!
La magia está de moda. Este verano, Televisión España emitía el programa Pura Magia, mientras que la Gran Vía, el Broadway de Madrid, alternaba sus musicales con propuestas donde la ilusión del espectador cobraba especial importancia. Por no hablar de los juegos educativos relacionados con este arte y que, cada año por estas fechas, se convierten en uno de los más solicitados por los niños como regalo de Papá Noel o de los Reyes Magos. Quizás por eso y, por el interés que últimamente mostraba Elena por «intentar» en vano hacer desaparecer objetos de sus manos con un simple chasquido de dedos-aún nos queda muchas horas de ensayos-, quisimos mostrarla qué es realmente la magia. Para ello escogimos el espectáculo de Magic Pablo, ¡Zas!, un montaje que engancha desde el primer momento por cómo está construído.
Antes de entrar en la sala (Teatro Arlequín), todos los niños y adultos deben coger un banderín que les ayudará en la misión que tiene Magic Pablo, ¡encontrar a Zas, su conejito perdido! Durante toda la representación, nuestro mago está pendiente de su público y, aunque él no habla, (es una voz en off) con sus gestos interactúa contínuamente con su respetable.
Y así es cómo sin darnos casi cuenta comenzamos un viaje por todo el planeta -desde China hasta África, pasando por el Polo Norte -donde los trucos de magia son los grandes protagonistas. Para Elena y Ana era la primera vez que asistían a un espectáculo de este género y salieron encantadas. «¿Cómo lo hace, papá», repetía constantemente la mayor, mientras la pequeña ni pestañeaba, y eso que la función se celebraba a las 16.00 horas de un domingo, en su siesta time. Para su padre y para mí, a priori, eran los trucos de toda la vida, esos que has visto una y otra vez, pero que siguen haciéndonos abrir los ojos de par en par y colocándonos una sonrisa permanente en nuestra cara. Si, además, estos juegos se combinan con una puesta en escena donde la música, los bailes y la iluminación tienen un papel muy importante, el cocktail es de ¡sobresaliente!
Al final del espectáculo, Elena preguntó si podríamos hablar con el mago, con la suerte de que Pablo esperó a todo el público en el hall del teatro para saludarles y hablar con ellos, una tendencia nueva en la mayoría de los espectáculos infantiles que acerca aún más este arte a sus nuevos asistentes. Eso sí, le vimos de lejos porque, al final tras un tímido acercamiento, Elena decidió que le daba vergüenza. ¿Habrá algún truco de magia para que se quite este estado de shock? La próxima vez que veamos a Magic Pablo, porque seguro que repetimos, se lo consultamos, mientras tanto practicaremos otro de sus trucos de magia.