El viaje de Arlo nos transporta a un mundo en el que los dinosaurios nunca fueron extinguidos. En este hipotético lugar, los humanos y los dinosaurios comparten planeta y, son estos últimos, los que se dedican a cultivar las tierras y a cuidar del ganado para poder conseguir su sustento alimenticio. Además, en esta historia, son los dinosaurios los que hablan y los humanos los que rugen.
En esta situación, nos encontramos a Arlo, un humilde apatosaurio que vive con su familia trabajando la cosecha del maíz. Arlo se encuentra un día con un pequeño niño salvaje al que apoda Spot. Juntos, comenzarán una gran aventura, descubriendo un mundo lleno de misterios e increíbles paisajes. Este, será un viaje de supervivencia y auto-descubrimiento en el que Arlo aprenderá a dejar al lado sus miedos y del que los niños aprenderán que todo es posible.
Bajo la dirección de Peter Sohn (este es su primer largometraje. Anteriormente, le hemos visto trabajando para la factoría Pixar dirigiendo el cortometraje Parcialmente nublado en 2009) y bajo el guión de Meg LeFauve (guionista también de Inside out), este filme está cosechando numerosas críticas positivas. Se dice de ella que su imagen es impresionante, poseyendo una cuidadosa animación y que, como es habitual en Pixar, posee una bonita historia, con una carga emocional conmovedora.
Podéis verla en Netflix.
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