El municipio de El Arenal, en Ávila es un pueblo de montaña enclavado, casi en su totalidad, en el Parque Regional de la Sierra de Gredos y, que además, forma parte de la Comarca del Valle del Tiétar aunque la población se encuetra a más altura, una villa de origen pastoril, que se remonta a la época de la Reconquista y que obtuvo su autonomía en el año 1732, asentándose entre los valles de los ríos Zarzoso y Arenal, rodeada de pinares y árboles frutales y por sus laderas corren arroyos y gargantas de aguas cristalinas, por lo que cuenta con un importante patrimonio y una belleza natural que lo hacen una visita familiar imprescindible.
El Arenal es un pueblo de calles estrechas y empinadas, lleno de rincones típicos y rica arquitectura popular, donde es una delicia pasear entre los cerezos en flor en la primavera y en otoño por sus castañares y, como no, degustar sus ricas cerezas y castañas. En verano, sus piscinas naturales y charcas, lo hacen un enclave perfecto para darse un chapuzón rodeados por la naturaleza.
En algunos de los barrios del municipio de El Arenal perduran muestras de arquitectura popular, como en los barrios de La Corrala, Los Balcones (llamado así por la existencia de balconadas típicas de la zona), con casas de ventanas pequeñas puertas y chimeneas grandes, construidas de piedra, adobe, madera y teja árabe, enjalbegadas de blanco.
Algo que llama la atención del visitante es el gran número de fuentes que de un extremo a otro recorren el pueblo: de Las Machorras, Fuentecilla, de la Plaza, de Los Nogales, de La Trucha, del Llano… La antigua vida pastoril se ve reflejada en los numerosos chozos, cuevos y corrales. Construcciones pastoriles que miran al pueblo desde Gredos y de los que cabe destacar el Cuevo de los Tesillos, el de Romanias, el de Tío Cristos y el Corral de Los Felipes.
De entre sus productos autóctonos las cerezas y las castañas ya tienen reconocida fama y no hay que olvidar sus alubias blancas y cebollas rojas que en la actualidad sólo se cultivan para el autoconsumo.