San Esteban del Valle es uno de los pueblos mágicos de Ávila y se encuentra situado en el Valle del Tiétar, en la vertiente meridional de la Sierra de Gredos, concretamente, en el Barranco de las Cinco Villas, es una de las villas de origen medieval que en tiempos pasó por las manos de varios nobles y reyes, algo que le otorga un importante patrimonio histórico, además de su riqueza natural que le otorga su ubicación.
Se encuentra a solo 69 kilómetros de Ávila y a 144 de Madrid. En 1393 quedó incluida en los términos entregados por Enrique III a la villa de Mombeltrán, de cuya jurisdicción siguió dependiendo hasta el año 1693, en que adquirió de Carlos II su propio título de villazgo. Como aldea perteneció al señorío de Mombeltrán, cuyos sucesivos propietarios fueron el Condestable Dávalos; el infante don Juan, rey consorte de Navarra y después rey de Aragón, padre de Fernando el Católico; la Orden de Calatrava; el condestable don Álvaro de Luna y su viuda, doña Juana de Pimentel, la Triste Condesa; y, desde finales del siglo XV, los duques de Alburquerque.
Tras la obtención del título de villazgo y hasta el siglo XIX, la villa siguió ligada a la Casa de Alburquerque, propietaria del estado señorial de Mombeltrán, a cuyos titulares estuvo reservado, hasta la formación del ayuntamiento liberal, el privilegio de nombrar, entre las personas que cada año proponían los vecinos, a los alcaldes, regidores y procuradores que habían de ejercer el gobierno del concejo.
Rodeado de una vegetación exuberante, es un pueblo compacto, lleno de parajes singulares, de rincones recónditos y atractivas callejuelas. Situada en las afueras, en lo más alto del pueblo, domina el caserío la iglesia parroquial de San Esteban cuya torre se divisa desde todos los lugares de El Barranco.
El aceite de oliva es el producto más destacado del Barranco. El segundo producto en importancia es el higo. Y otro de los frutos más característicos del otoño es la castaña, producida en todo el Barranco.